LO QUE SOY

Puedes ver mis manchas en

julio 24, 2010

DE MIS SILENCIOS Y TUS AUSENCIAS

Debo confesarte que quisiera que las cosas fueran diferentes entre los dos, no ser tan solo a quien no miras y dejar de de ser tan solo la usencia de tus latidos cada que estás conmigo, ser alguna vez quien se pierda de tus prisas y encontrarme en tus manos y que te encuentres en las mías, que sea mi nombre el que nombras a la almohada y ser un beso al despertar.

Debo de confesarte que quisiera ser más que ese extraño al que le lloras cuando tus cotidianos te hieren, cuando aquellos a quienes abrazas se pierden en otras pieles y te hacen de lado por no saber leer tus muecas y tus lagrimas, ser más que este que te entiende mejor que ellos, que me conozcas mas allá de lo que conoces de mi, que no sepas solo de mi lo que mis dedos te contaron al pasearse por tus piernas, que no sepas tan solo que estaré cuando quieras que este.

Debo de confesarte que te pienso como no debería de pensarte, que te extraño aun cuando tú no quieres que lo haga, que para mi eres más que eso que suelen ver los demás en ti, que te llaman por las noches mis esperas, que tu ausencia se vuelve de piel y de ese aroma que tienes al despertar, que tu sonrisa la cuelgo en estos muros que del frio se van tiñendo de azul y que sigo guardando silencio cada noche para no gritar tu nombre y que me escuches cuando murmuro que te amo y que no te olvido ni por esa distancia que has ido creando entre tus manos y las mías.

Debes de saber que entiendo que no sea tu culpa, que no te reprocho que me tengas de reserva bajo tu cama y que no sea el primero en quien piensas para sentirte alguien especial, que no sean mis manos las que busques para sentirte segura, que te entiendo cuando me alejas y te alejas y buscas a ese alguien que tenga todo lo que no encuentras en mi, que te entiendo cuando no me ves porque no encuentras nada que te llene en mi, que te entiendo por no querer estar aquí y dejarme ser más que ese fantasma que de vez en cuando recuerdas tener colgado en el closet.

Aun así, pese a lo que soy y no soy para ti, quisiera ser mas, encontrarte en todos tus sueños y recorrerlos de tu mano, verte echar el vuelo tan alto como tus alas te lo permiten, incluso mas allá, que te des cuenta de que el amor que te tengo no es ancla ni lastre, que no lo ha sido en todo este tiempo que te veo volar sin mí y lejos de mis brazos, pero perdida entre los besos de otros que no son yo, pero te miro en silencio sin que tú me mires y te escucho cuando las heridas de una cama te sacan yagas y te abrazo cuando el frio de la indiferencia de otros te vuelve piedra la piel y he seguido ahí y he seguido aquí, en mi trinchera sin decirte todo lo que quisiera decirte, sin que notes lo que late dentro de mí para ti, sin que te obligue a nada, ni siquiera a que tomes de una vez todo lo poco que soy y te quedes con eso, y te quedes conmigo.

Pero sé que no puedo hacer nada para que me veas, para que te des cuenta de lo que guardo para ti, de lo que siento y te grito en silencio, en esas veces que llegas sin pensar que tus pasos duelen que esas manchas que guardas en tus manos y que son los restos de otros algunas veces duelen, que tus coqueteos asfixian y que esa indiferencia tuya cada día me desangra mas, pero nada puedo hacer por cambar la manera que tienes de verme sin que me veas y que el erro esta en querer ser algo para ti, cuando no hay nada en mi que puedas querer, que soy solo tu vacio y ese juguete que sueles recordar cuando te pesa estar sola, cuando necesitas saber que hay un tipo que sin pedirte nada te da lo poco que tiene solo para hacerte sonreír, sin esperar siquiera que digas adiós al amanecer y un día mas me quedo en silencio, sin decirte todo lo que quisiera decirte y quizás, convencerte de que me veas y me dejes ser parte de ti, como tú te has vuelto parte de mi, aunque sea en esta ausencia.

julio 23, 2010

Me gusta no tener que preocuparme por ti, no estar al pendiente de los lugares a donde me acompañas pues le pones siempre más atención al que estés ahí conmigo, que te importe poco si vamos del metro a un camión, del camión a calles que recorremos mientras nos dejamos distraer por las fachadas o las plantas, que no tenga que angustiarme por reservaciones o mesas con manteles largos, que prefieras un café sobre una banca para perdernos.

Me gusta que no me juzgues por las decisiones que he tomado, que me des valor para seguir haciendo planes para mañana, me gusta que no te de pena mi cara cuando me irrito al rasurarme, que sepas tan bien que prefiero que te cuelgues de mi cuello porque mi panza me trauma, me gusta que no te pese quedarte en casa cuando las pinturas se me enredan en los dedos, que seas tú quien me ayude a desenredarlas para enredar tu cabello en mis manos.

Me gusta que no critiques mis tenis y que a mis trajes jamás los saques del closet, que me escondas las corbatas debajo de un lienzo, que no te importe abrazarme cuando estoy con la ropa manchada y aun así me pidas salir a estirar las piernas para ir por un café del oxxo mas cercano.

Me gusta que ya no te preocupe si roncas cuando duermes, ni tus ruiditos al dormir, que ya no te de pena que te vea con los ojitos hinchados al despertar, y que me beses por la mañana antes de que corras a cepillarte los dientes, que ya no te apure el maquillarte, que sepas que me gustas mas cuando no te maquillas, que amo tus jeans y tus playeras sin escote, que me gusta tu cabello enredado sin cepillar, que me dejes verte masticar.

Me gusta que seas tú quien se ha quedado sin reproches, sin enfados, sin tener que repetirme que haces mucho al aguantarme, que te sientas cómoda dejándome ver tus cotidianidades, que me dejes ser yo sin obligarme a cambiar ni mis credos, ni mis manías, ni siquiera mis traumas y que por aceptarme tan así, de esa manera, me hayas enseñado de nuevo lo que es un latido sincero, que sea por tu manera de verme por lo que te doy cada latido que tengo bajo una mancha de color, y estas ojeras que te hacen gracia, tanto como mis angustias cada que se cae un cabello mas, pero me gusta que a ti no te importe nada de eso.

Me gusta que seas tú, que te hayas quedado aun a pesar de que sea solo yo, que me hayas enseñado que para hacerte feliz solo necesitabas eso, y que te baste lo que hay aquí junto a mí, que me hagas sentir que no hay mas, que siendo lo que soy puedo hacerte feliz y que me lo digas cuando aun a pesar de todo este tiempo sigo viéndote hermosa y radiante, a pesar de estar solo conmigo.

Que gusta que seas tú, que seas tan tú, tan irreal que solo imaginándote podrías ser tú, que seas tú quien a pesar de ser solo yo, hayas podido amarme y quedarte para ser tú dejándome ser solo yo, y ser yo quien te haga feliz.

NO SOY YO

No era yo, jamás fui yo, ni siquiera para ser aquel que se dejaras quedarse a tu lado pa´ verte crecer. Y me preguntas que porque no puedo creerte cuando me dices lo que dices cuando estamos a solas, me preguntas si no te escucho, cuando lo único que escucho son tus miradas deslizándose sobre otros que jamás seré, pero nunca fui yo, jamás pude serlo, pues necesitabas a otros que fueran todo lo que yo no era, para ti, o para cualquiera. Y me pides que cierre los ojos que no te vea coqueteando, que no te piense en otros labios cuando le tomas la mano a él y te pierdes poco a poco mas de estas ausencias que vas dejando mientras tus ganas te van llevando a donde quieras, con quien quieras, pero jamás aquí conmigo, jamás lejos de ellos y cerca de este rincón donde solían dibujarte sonrisas en el rostro mis cursilerías baratas.

No fui yo él, a quien esperabas, a quien querías que llegara, a quien buscabas de labio en labio, de brazo en brazo, de frenesí en frenesí, no fui yo ninguno de tus nombres, ni de tus ganas, ni fui ese momento que me regalaste en medio de un semáforo para tomar mi mano y regalarme un beso, no fui yo con quien jugabas a ser la nada de nadie, porque fuiste tú aquí a mi lado, mientras mirabas la ropa cubierta de pintura y el pincel secándose, fuiste tú mientras te pensaba tan cerca aun estando tan lejana durmiendo en brazos de ese otro que quisiste fuera el nombre de tus sueño, yo aquí pensándote siendo tú conmigo, recordándote sin conocerte, sin extrañarte cuando no llegabas, cuando el teléfono no sonaba y las gotas de lluvia no decían más que tu nombre, y tú allá diciendo todos los nombres menos el mío.

No fui yo más que una pausa a tus cotidianidades, más que una cursilería barata de esas que te cansabas de escuchar, de esas que decías no te llenaban, pero fuiste en esas cursilerías, en esas noches de insomnio compartido en que me dejabas abrigarte y calmar tus ansiedades por tanto vacio, no fui yo quien te llenaba mas en esos coqueteos que te hacían reír los días enteros, mientras yo me guardaba las ganas de querer ser otro para hacerte igual de feliz y tener otras manos que no fueran las mías vacías de ti y tener otros ojos que no te tuvieran tan ausente como los míos, que no fuera yo quien es todo lo opuesto a lo que buscabas, a lo que te llenaba cada noche y día y tarde, y a mi lado decidías vaciarte, de todo y de todos y después te llenabas de tu vacio para dejarme con tu ausencia y un café y el recuerdo de haberte visto un momento sonreír mientras dormías, mientras sin que lo supieras susurraba bajo tu almohada un te amo.

No fui yo quien pudo conseguir más tiempo del que pasas entre una lagrima y una sonrisa, no fui yo quien borro tus lagrimas y termino con tus ganas, no soy yo quien se ha quedado en tu cabeza y anidando caricias en tu corazón, no soy yo quien te despertó esta madrugada con un beso, ni quien te dibujara una sonrisa al despertar, no soy yo quien te haga el amor en la ducha, ni siquiera soy yo a quien tienes ganas de besar en este momento perdido en que sin saber donde estas puedo asegurar que estas soñando con el nombre de alguien que no soy yo.

No soy yo, ni lo fui nunca, nada, ni siquiera puedo ser yo quien consiga olvidarte para poder ser yo, yo sin ti, yo siendo yo, el que nunca pudo ser para ti algo más que solo yo.

julio 20, 2010

Ser de tus ausencias, ser de tu olvido, ser de la memoria añeja que se pierde entre tus pasados fríos, entre tus ayeres de sal donde regabas caminatas en tardes de lluvia, ser lo que no es el viento si no esta rozándote la piel, ser el vacio que dejas cuando tu sonrisa de apaga, cuando tus sueños se duermen mientras duermes con otro, ser quien te piensa sin que seas tú quien me acompaña, ni ser yo quien te hace ser otra en sus labios, en sus caricias, en esas manos que no son las mías y que pretendes no vea y que pretendes no sienta, ser quien se desmorona cuando no ves, cuando das la espalda para mirarlo a él, ser a quien dejas atrás, a quien jamás quisiste llegar, a quien empujas y avientas a placer, a quien condenas a tu indiferencia suponiendo que nada le duele, que nada nota de ti,

pero ser quien nota todo lo que hay en ti, lo que no sabes que late dentro, lo que evitas conocer, lo que dejas escondido antes de meterte bajo las sabanas a esconderte entre el sudor de quien en lugar de matarte el frio te deja tiritando de soledad, ser ese que llora las lagrimas que tu no lloras después de tu sexo, sin tu sexo, sin tus latidos, sin tu amor, ser esa ausencia que hay dentro de ti y que no te preocupas por llenar, ser quien nota tus sonrisa fingida, tu despreocupación falsa ante la soledad, tu miedo disfrazado de filosofía para dejar a un lado lo que sientes, lo que gritas por dentro y no quieres escuchar, ni que lo escuchen, pero soy quien lo escucha, soy quien te ve más grande de lo que te ves en el espejo, más hermosa de lo que las pupilas de el reflejan cuando lo miras a los ojos para preguntarle si te ama,

ser solo la nada

la nada que queda después de tus coqueteos, después de que besas y abrazas y te deshaces en otros brazos que solo te toman como un granito de arena mas, en una playa donde de tantas huellas las tuyas no se distinguen, ser esa nada, esa que soy en ti cuando me olvidas para olvidarte en el.

Ser para ti lo que no es nunca contigo y ser sin ti

julio 02, 2010

Algunas veces me pareces estar aquí, tan cerca, que el aroma de tu cabello va dejando rastros en los cuadros que descansan en el caballete, es entonces que recuerdo con más fuerza tu cabello, y el primer día en que te vi en aquella sala de espera, entre llegadas retrasadas y partidas en que las despedidas se alargan entre besos y se vuelven interminables las miradas en que uno se resiste a decir adiós, a dejar ir, aunque las ausencias duren un instante, mientras uno recorre el pasillo hasta encontrar su lugar, y coloca en el porta equipaje todos los recuerdos de los días que va dejando atrás, quedándose en el asiento el aliento necesario para aquel largo trayecto hacia un destino incierto, donde lo único que le espera a uno es el ansia por regresar, por volver, por el reencuentro, por los abrazos de bienvenida, por las sonrisas de te extrañe, por los besos de no vuelvas a irte, por la ternura que habita un me hiciste falta.

Ahí te encontré ¿recuerdas? Con esa mirada triste que se deslizaba entre tus dedos vacios, como escurriéndose de a poco sobre la alfombra de aquella terminal, con tu equipaje tan pequeño, con tus sueños tan lejos, con aquella soledad que reconocí, a pesar de que en el bolso colgaba el nombre de alguien más, quizás quien te esperaba, o a quien esperabas que llegara cada vez que volteabas a mirar el reloj de números rojos que sobre el marco de la puerta anunciaba que aun no había quien se apresurara por ti, ¿será que el reloj no me vio mirándote? No lo sé, pero te vi y poco después me viste y me regalaste la primera sonrisa, después me regalaste tu nuca, que al voltear para ver si había mesas libres en la cafetería de la estación me saludo debajo de tu cabello obscuro y corto, tan corto que tu cuello se veía tan largo como los días que pase después recorriéndolo para llegar a tu boca.

Una seña entonces y nos acercamos a la barra, una seña y la mesera se acerco con dos cafés, una seña y supe de tu vida lo necesario para decirte que te quedaras toda mi vida, una seña y sonreíste y te quedaste, incluso sin que ahora estés aquí, una seña ahora y aun siento tu aroma recorriendo los pasillos de mi cotidianidad, una seña y aprendimos juntos, quizás no todo lo que se puede aprender, pero si lo necesario para sonreír cada mañana, cada tarde, cada anochecer y entre sueños cada madrugada, ahora no se si sigues sonriendo cuando sueñas, no sé si tu cabello ha crecido, si aun murmuras cosas entre ronquidos y tu boca siga dibujando sonrisas tímidas a las tres de la mañana para regar la almohada y que sigan brotando sueños detrás de tus parpados, no sé si tu nuca siga sonriendo, si siga siendo el pretexto perfecto para recorrer tu cuello y robarte un beso, o varios, los necesarios para todo aquello que fuera necesario en aquel momento, ese interminable momento que duraba de todo el recorrido de tu nuca a tu clavícula y de ahí a donde fuera.

No estoy seguro de que andarás haciendo ahora, pero estoy seguro de que ahora sigo perdiéndome de madrugada entre los recuerdos que como fantasmas vienen a anidarse a mis pasillos, a mis pinceles, a mis tazas de café que se vacían y se llenan como tu pecho cada que suspirabas, sigo mirando la cama a las tres de la mañana para encontrar tu sonrisa, quizás debajo de alguna arruga de la funda de la almohada, quizás debajo de alguna lagrima que por tu ausencia brota para humedecer el marco de la ventana donde solías esperar a que la luna entrara, y mirarte así tan radiante y hermosa para mí era encarnar la luna en la silueta de tu piel y quedarme en silencio mientras te observaba, sorprendido de que estuvieras aquí junto a mí, tu tan hermosa, yo tan afortunado de poderte encontrar cada mañana debajo de las sabanas.

Pero todo comenzó contigo y ahora termina sin ti, entre esa ausencia que recorro en los pasillos de las salas de esperas, cuando las llegadas y las partidas se retrasan, cuando el café se sirve en vasos de unicel, cuando guardo en los bolsillos de mi abrigo todos los te he extrañado que voy acumulando cada noche, cuando de noche me pareces tan cerca, tan aquí, tan sin saberte lejana y ausente después de tu partida y te espero entre esta ausencia demorada que anuncia que esta noche no llegaras, quedándome una luna mas sin saber de ti.