LO QUE SOY

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enero 26, 2014

DE DONDE LLEGUE

ji,ji,ji, es una historia rara, ahm, y muy vieja, creo que hasta mas que historia algunas veces la gente puede creer que es una obsesión o una enfermedad, o algo así, solo una locura, una que hasta a mi me cuesta trabajo acomodar para poder explicar, supongo que como la historia de todas las personas, y como la historia de cualquier persona, es difícil encontrar donde comienza la hebra de hilo.

El primer recuerdo que tengo del amor fue cuando era un niño, no podría decirte la edad porque la persona que me mostro esa magia del amor era quien me acompaño desde que salí del hospital después de haber nacido, mi bisabuela, una mujer de un pueblito de Toluca que fue la mano que no me soltó durante muchos años hasta que murió cuando yo tenia siete años y durante todo ese tiempo que me acompaño me enseño muchas cosas, me enseño a cocinar, a hacer labores en casa, a barrer, planchar y cambiar los pañales de mis primos, me enseño de plantas y ha hablar con la tierra y el cielo y también me enseño del amor, y de su eternidad.

Creo que desde ahí comenzó todo, y me refiero a todo, todo lo que creo del amor, o la mayoría, porque con ella aprendí del amor a las cosas, del amor a lo que uno hace, del amor a la familia, del amor a la gente, y del amor a la pareja, aunque cuando yo llegue a su vida, la persona a la que ella amaba se había ido, mi bisabuelo murió días antes de que yo naciera, así que no pude conocerlo, no en persona, porque lo conocí muy bien de las platicas que tenia con mi bisabuela, y por esas platicas también conocí el amor que le tenia, por el brillo en sus ojos cada vez que hablaba de él, por la ternura y el respeto que tenia cuando platicaba de él, ese brillo que le vi en los ojos se volvió algo que yo buscaba en los ojos de los demás y que no encontraba, al menos no con esa intensidad que tenia en sus ojos, entonces supe que había algo especial, algo enorme, algo que aunque la persona no estuviera al lado, seguía latiendo, seguía vivo.

Todo eso lo recuerdo muy bien, todo eso aun lo tengo en mi cabeza y podría decirte detalles de los lugares y hasta de las ropas que usaba mi bisabuela en esos momentos, las cosas que hacia, y esa manera tan delicada con que cepillaba su largo cabello gris sentada en un taburete, para después hacerse sus trenzas mientras miraba la foto de mi bisabuelito y yo la miraba sentado en los pies de la cama, y la miraba y miraba en sus ojos todo, absolutamente todo lo que sentía por mi bisabuelo seguía ahí, intacto, ni el tiempo, ni su muerte, ni sus defectos, ni sus peculiaridades habían mermado aquel amor, y lo se porque jamás vi el brillo parpadear o disminuirse en algún momento, que eso era algo que veía en los demás, esa intermitencia con que se apagaba y se encendía ese brillo, pero que en los ojos de mi bisabuela se mantenía constante.

Así comenzó todo, así fue creciendo en mi esa curiosidad y esas ganas de encontrar eso que vi en los ojos de mi bisabuela, todo lo que aprendí de ella sobre el amor, aun lo veo, aun lo intento seguir, algunas veces pierdo un poco el camino y se me olvidan ciertas cosas, pero después la vida me recuerda como deben de ser las cosas, y vuelvo a buscar amar lo que hago, vuelvo entonces a disfrutar hasta la taza de café que me bebo, vuelvo entonces a disfrutar cada vez que pongo en mis manos un pincel, vuelvo a amar la ilusión en los ojos de las personas, sus detalles, sus pequeños milagros que parecen perdidos, o que han quedado enterrados entre la cotidianidad o el tedio y que me gusta cuando me dejan ser testigo de esas reapariciones que suceden dentro.

Una parte de lo que platicaba contigo la otra vez sobre el amor total esta aquí, porque el amor para mi es un todo que habita en cada segundo de día, por eso mi trabajo es como es, mis pinturas, mis letras, mis cursilerías si quieren llamarles así, son eso, manchas de ese amor en el que creo, huellas de ese amor que busco, y también todos los azules de ese amor que he encontrado, y se vuelven especiales y grandes cuando alguien que no me conoce y a quien no conozco se ve reflejado en alguna de esas manchas, pero se vuelven mas grandes cuando esas manchas pueden hacer que quienes las miran, recuerden su propia búsqueda, su propia hambre de vivir cada una de esas manchas y muchas mas, todas las que tengan que vivir.

El amor esta en mi cotidianidad de esa forma, y también en la idea de que lo que puedo llegar a pintar o a hacer, algún día me regrese al lado de mi Luna, al lado de ese ser que no conozco, pero que se que existe, que no me hace falta tenerla al lado para saber que me acompaña, que no me hace falta verla o escucharla para saber que me mira y me escucha, y sobretodo, que cada pincelada es una manera diferente de decirle un te amo y de dejarlo grabado ahí, para ella, para que quizás cuando la encuentre, cuando de verdad nos encontremos, pueda mostrarle todas las pinceladas que la pensé, es una locura, una cursilería, y se que para algunas personas pueda ser hasta una forma estúpida de perder la vida, pero así lo quise creer, así lo aprendí de mi bisabuelita que sin importar que no estuviera mi bisabuelo para mirarla, jamás apago el brillo de amor que tenia en sus ojos por él.

Así comenzaría la historia, algo así seria quizás no el principio de la madeja, pero si desde donde se podría comenzar a desenredar