LO QUE SOY

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enero 08, 2013

A CONTRATIEMPO (novena parte)


A CONTRATIEMPO

(novena parte)



-¿alguna vez has visto una pintura o una imagen que te gustara tanto como para adquirirla? O al menos una copia, pero poder tenerla en un lugar donde pudieras verla a diario, volverla parte de tu cotidianidad y que te volvieras parte de ella, tenerla en un lugar donde pudieras contarle tus secretos, donde pudieras encontrar un respiro después de un mal día, donde pudieras encontrarte cuando todo estuviera perdido, hasta tu, pero al ver esa imagen encontraras justo lo que necesitabas, ¿alguna vez te impacto tanto una imagen?

-no se de arte Jahir, ahm, no se muchas cosas, conservaba fotografías, o mas bien recuerdos congelados en una imagen que me hacían volver a vivir lo que en ese instante había quedado guardado.

-¿de Karla que conservas?

-nada, ya nada, solía conservar todo, desde los tickets del super, hasta fotos y sus cartas, pero cuando descubrí quien era en realidad, queme todo, tire todo, no me quede con nada de ella.

-¿por qué? ¿no decías tu que te sentías en paz cuando las cosas salían mal porque al menos sabias que habías vivido a su lado algo que buscabas vivir?

-No estoy tan loco como tu Jahir, y conservar una mentira, la verdad no es mi estilo, cuando descubrí quien era ella, y lo que era en realidad, deje de recordar, deje de buscar cosas buenas o detalles luminosos, deje de creerle, deje de creerme, y solté todo, porque no valía la pena recordar a alguien que no existió, porque no valía la pena recordar a alguien que fue una mentira, no valió la pena lo que viví a su lado, no vale la pena lo que sentía antes de descubrirla.

-escoge un cuadro.

-¿un cuadro? ¿para que?

-anda escoge un cuadro Gábriel, el que mas te guste.


La habitación en la que Jahir pasaba la mayor parte de los días y todas sus noches estaba llena de imágenes sobre las paredes, paredes que se habían desgastado por el tiempo y la humedad de aquel sótano, aun así, Jahir pintaba sobre las grietas y sobre los muros descarapelados, tenia además rollos de papel sobre los anaqueles de metal, pedazos de tablas y cartones sobre los que pintaba también, y algunos bastidores de tela. Pese a lo desacomodada que era aquella habitación siempre me pareció un lugar mágico, donde todo el ruido que había afuera, el ruido de las lavadoras, el ruido de la caldera, el ruido de las alarmas de las maquinas que anunciaban que un cuerpo se apagaba, el ruido de las charolas y las agujas, todo el ruido de afuera, en aquella habitación desparecía, todo era color, manchas de color por todos lados, figuras simples que se formaban con las manchas, figuras simples que se formaban hasta con el polvo. Una delas imágenes que desde que la vi me gusto, era la cabeza de un caballo, pese a su trazo tosco y los colores extraños que había utilizado Jahir para pintarlo, esa cabeza de caballo me gustaba, así que cuando me pidió que escogiera un cuadro señale aquella cabeza.

-¿el caballo de cartón? ¿te gusta ese?

-si, ¿caballo de cartón?

-es una canción, pero en mi defensa te diré que lo pinte mucho antes de escuchar la canción, fue raro eso, pero bueno, eso te lo cuento después, toma, ponto en la pared.


Coloque el cuadro en la pared sostenido por un clavo de concreto que al parecer debió costarle trabajo clavar a Jahir, porque alrededor del clavo estaba descarapelado el muro. Colgado en ese muro salpicado de machas, me seguía pareciendo algo especial, el trazo era fuerte y tosco, no pincelada suave y fina, el color negro que parecía abarcar mas superficie hacia resaltar los brochazos azules y cafés que con unos tallones de blanco se habían fundido al negro, el mismo negro que tenía el ojo del caballo, y que parecía una canica que te seguía fijamente desde cualquier lugar que lo estuvieras viendo, no se que pensaba Jahir o que sentía cuando pinto esa cabeza de caballo, pero se que como él solía decir, en ese momento estaba ardiendo.

Mientras miraba el cuadro colgado en la pared, Jahir destapo un bote de pintura negra y limpio una brocha con las cerdas desgastadas y desalineadas.


-toma, ese cuadro es lo que soy, igual que cualquiera de los otros cuadros, pero ahora ese cuadro también es parte de lo que eres, toma la brocha y píntalo.

-¿estas loco? Bueno si, pero porque voy a manchar un cuadro tuyo, además yo no se ni tomar una brocha, lo voy a echar a perder.

-haz lo que te digo, toma la brocha y mánchalo.

-estas loco Jahir, no voy a hacer eso, es tu pintura, la voy a echar a perder.

-¿confías en mi?

-¿qué tiene que ver eso? Confió en ti y lo sabes, pero no puedo manchar algo que quizás a ti te traiga muchos recuerdos.

-nada de lo que esta aquí es mío, todo lo que ves, es de quien lo quiera conservar, ese cuadro lo hiciste tuyo cuando dejaste que fuera el único cuadro que siempre volteas a ver cuando bajas conmigo, es tuyo, ya no es mío, no importa lo que a mi me hizo pintar ese caballo, lo único que importa ahora es lo que tu le viste, algo fue, se que algo encontraste en él, no me digas que fue si no quieres, pero yo confió en ti como para pedirte que lo manches, tu confía en mi y mánchalo, confía en ti y mánchalo.

-no puedo hacerlo Jahir, es tu cuadro, no puedo mancharlo, además me gusta demasiado el cuadro como para meterle mano y echarlo a perder.

-¿confías en mi?

-ya te dije que si, pero no me pidas que haga algo de lo que los dos nos podemos arrepentir después.

-cierra lo ojos.

-¿por qué?

-cierra los ojos carajo, confía en mi.


Gábriel cerro los ojos y Jahir le dio vuelta para ponerlo frente al cuadro, tomo su mano derecha y puso la brocha entre sus dedos, aunque Gábriel intento apretar la mano para no sostener la brocha, pero Jahir solo tuvo que apretar un poco su antebrazo donde estaba el ultimo de sus pinchazos para que Gábriel abriera la mano.


-imagina que frente a ti tienes una foto de Karla, la foto que mas signifique para ti algo, una foto que quizás era el recuerdo mas bonito que tenias de ella, algo que fuera especial y que simbolizara todo lo que veías en ella, ¿lo ves?

-si, la primer foto que vi de ella, una foto donde estaba embarazada y que… no vale la pena, en serio no vale la pena.

-ya deja eso, sigue imaginando que frente a ti tienes esa foto, y recuerda todo lo que significaba para ti, todo lo que creías que significaba para ella.


La boca de Gábriel hizo una extraña mueca, como cuando estaba a punto de llorar, entre sus parpados apretados se podía ver un poco de sal, aun así, solo dio un jalón de aire, el necesario para no sentir dolor de nuevo.

-ahora imagina lo que sentiste cuando descubriste que ella no era quien tu creías, imagina lo que sentiste cuando descubriste que todo era una mentira y que todo lo que te decía a ti, era tan solo parte de un guion que repetía a cualquiera, imagina lo que sentiste cuando descubriste que todo, absolutamente todo era una mentira.


El semblante de Gábriel cambio, apretó los labios y frunció el ceño, la sal que parecía asomarse entre sus parpados, desapareció, Jahir sintió como el puño de Gábriel apretaba la brocha, sintió el cuerpo de Gábriel tenso y todo su coraje delineado en cada vena que brincaba en su cuello, sintió el asco que Gábriel tenia por Karla, sintió la decepción y ese coraje que se tenia a él mismo por haberle creído todo, por haberse creído todo.

Jahir estiro el brazo de Gábriel con la brocha empapada de pintura, la recargo contra el cuadro y dejo que el peso de todo ese coraje hiciera correr la brocha hacia abajo, después volvió a estirarle el brazo y puso de nuevo la brocha recargada sobre el cuadro, Gábriel fue recordando todo lo que sintió cuando vio la mentira que era Karla, poco a poco el coraje creció y la brocha corría de un lado a otro sin que Jahir tuviera que sostenerle el brazo a Gábriel, poco a poco todo el coraje con que apretaba la brocha fue escurriendo entre sus dedos para mezclarse con la pintura negra y quedar embarrados sobre aquel cuadro, las cerdas se doblaban con tanta fuerza que el metal que las sostenía rayaba el cuadro dejando surcos entre la pintura que escurría.

Gábriel no lloro, Gábriel no tembló, Gábriel no sintió ni el dolor de su cuerpo en ese momento, solo sintió su coraje descargándose sobre aquel cuadro, el coraje que tenia contra él por haber creído que una persona que no valía la pena, era especial, Gábriel abrió los ojos, y vio quien era en realidad Karla, Gábriel abrió los ojos y vio su coraje escurriendo sobre la cabeza de aquel caballo que ya no existía, que se había perdido para siempre.


-así es todo para nosotros Gábriel, así son las cosas, así es todo, recuerdos, imágenes que significan algo especial, palabras, miradas, todo lo que creímos único y diferente, todo lo que creímos que valía la pena como para conservarlo toda la vida, así es todo Gábriel, así son las cosas, basta un manchón para que todo eso desparezca, basta una mentira para que todo se manche y se pierda, basta tan solo una gota de pintura para ensuciar algo que creíamos era hermoso, solo eso, una insignificante mancha de pintura puede deshacerlo todo, pero también, y no te confundas, esa misma mancha de pintura que borra todo, puede ser el mejor pretexto para pintar algo diferente, para volver a crear y creer, ahora necesitas eso, volver a creer.


Gábriel escucho lo que decía Jahir, aunque para él no tenia mucho sentido, y lo único que sentía era culpa por haber destruido algo que para Jahir seguramente significaba algo.


-perdón, le di en la madre a tu pintura, perdóname Jahir, te dije que lo echaría a perder, perdóname.

-patrañas, no lo echaste a perder, y no tengo nada que perdonarte, quien debe de perdonarse eres tu, porque a nadie mas le importa perdonarte o recibir tu perdón, a Karla menos que a nadie, no le importas, y se que te duele aun, te duele haberle creído desde el principio, te duele haber sido tan bruto como para no darte cuenta, te duele haberle perdonado mentira tras mentira, te duele haberla visto especial, te duele que  ella se burlara de ti y que incluso te pidiera que la esperaras mientras ella se revolcaba con alguien mas, te duele haberle dado tanta confianza como para que ella creyera eso de ti, que siempre estarías ahí como su pendejo, para esperarla, para no se que, te duele Karla, pero te dueles mas tu, por haberle creído.

a ella no tienes que perdonarle nada, ella es así, su instinto es así, hay gente que no puede dar mas, ni puede recibir otra cosa que no se lo que ellos quieren, así es ella, ni le importa lo que tu veas en ella ahora, ni le importo lo que veías cuando estabas a su lado, pero a ti si debería de importarte todo lo que te estas haciendo ahora, a ti si debería de importarte sentir ese perdón de ti mismo, porque solo así podrás hacer brillar de nuevo tus estrellas, no las que viste en Karla, porque esas no existen, esas son solo focos de 100 watts pretendiendo ser estrellas, pero debes de perdonarte porque te has estado jodiendo tu solo, pensando que la miseria que ella te hizo creer de ti es cierta, y que no vales ni una verdad, si supiste aprender algo, olvida, esta bien eso, bórrala de tu vida, pero perdónate a ti por eso que crees que hiciste mal, perdónate no por destruir una imagen, un recuerdo, porque esos te los destruyo Karla con su mentiras, pero perdónate por haber creído que esa imagen era lo mejor que podías haber creado, porque eso es la mentira que sigues creyéndole y creyéndote.

confié en ti Gábriel, puse mi vida frente a ti, como lo es cada cuadro, y deje que lo destruyeras no para que borraras una parte de mi, mas bien para que te dieras cuenta de que aun puedes comenzar de nuevo, ya no importa lo que había debajo de esa pintura negra, ahora solo importa lo que pintaras en ella, puse mi vida en tus manos sin miedo, tu pusiste lo que eres en manos de Karla y siempre fue poco para ella, ella nunca puso nada en tus manos, porque no quiso, porque no pudo, porque simplemente no sabe como hacer eso, o le importan mas las manos sobre ella, así de simple.

¿Alguna vez has amado de esa forma estúpida en que pones todo lo que eres en manos de alguien mas? Pones todo tu pasado, lo que fuiste, lo que hiciste, lo que pensaste, pones las cosas en las que te equivocaste y las que salieron bien, pones tu presente, pones el antes, el después y el ahora, pones tus miedos y tus sueños, pones tus esperanzas hasta las mas pequeñas, pones tus tristezas hasta las mas profundas y todas las bobadas que te gustaría te hicieran reír, pones todo, sin  importarte que diablos hará contigo, de ti , pones todo en sus manos ¿alguna vez has amado así, poniendo tu vida en manos de alguien mas, sin importarte que haga con ella, sin importarte si lo que descubra lo aleje, sin importarte que te vea frágil, o inmenso? ¿alguna vez amaste tanto a alguien como para no tener miedo de confiar en esa persona y dejarle ver lo que nadie mas vio, dejarte sentir como nunca nadie antes te sintió, dejarte amar como nunca nadie antes te amo? ¿alguna vez amaste tanto a una persona como para entregarte por completo a él, sin importarte si apretaría su mano para aplastarte, o la abriría para liberarte?
El tiempo corre Gábriel, el tiempo esta corriendo y vas a contratiempo, sientes miedo como nunca en tu vida llegaste a creer que lo sentirías, sientes coraje, sientes desesperación, sientes rabia y tristeza, y ahora sabes, que lo que te falta sentir es amor, el tiempo esta corriendo Gábriel, ¿crees que alcanzaras a soñar lo que te falta?


enero 01, 2013

NO CREO EN EL AMOR


No creamos en el amor, porque el amor no existe, al menos ese que se juega con tanto cinismo y que muchos juran es amor.

No creamos en las palabras de amor porque no existe palabra alguna que pueda hablar del amor, no creamos lo que las letras anuncian con su voz, no finjamos que somos letras, no pretendamos que por usar la vestimenta alfabetizada de hojas de papel nos crean cuando usemos su voz para gritar lo que no existe dentro.

No creamos en los falsos poetas que embarran su lengua con frases que no conocen, dedicadas a las falsas musas que se despiertan por el deseo y el apetito de su vanidad, de su egolatría.

No creamos que conocemos el amor, cuando pedimos correspondencia, cuando le tememos a las distancias, a las ausencias, al frio de un adiós, al calor de una mirada, a los suspiros que viajan kilómetros y los afectos que cobijan de país a país, de extremo a extremo de una ciudad, de habitación a habitación.

No creamos en el amor, porque no existe la palabra, porque no existe cuando aun estamos tan apegados a la piel, a los huesos, a caminar dejando huellas, a viajar en autobuses para que no nos pese la distancia, a decir letras por miedo a la soledad y no por sentirlas dentro.

No creamos en el amor cuando no podemos aun cerrar los ojos para sentir y abrirlos para no dejar de soñar, no creamos en el amor, el amor no existe, no es, no alcanza esa palabra para ser.

No creamos en el amor que muere, en el que se termina, en el que por falta de entusiasmo perece entre sabanas ajenas, entre esa necesidad de navegar por las constelaciones de nuevos lunares, de nuevas miradas.

No creamos en el amor cuando no entendemos que algunas veces hay que soltar para ver volar, recordar para volver a sonreír.

No creamos en el amor a medias, a cuartos, a decimas partes, a entregas a cuenta gotas sin conocer la entrega total en una mirada, sin dejar a un lado el miedo de perder, de salir heridos y dosificar las caricias y los besos, y las frases, las frases dichas de a poco, en silabas, en deletreos que duran días, años, y guardar silencios donde escondemos lo que quisiéramos gritar.

No creamos en el amor, porque el amor no existe, no es amor este juego que en estos días se practica, se destruye, y hablamos de corazones rotos, y de heridas añejas, y de tiempos perdidos cuando creímos conocer la esperanza, sin saber siquiera que es una esperanza.

No creamos en la “a”, ni en la “m”, tiremos la “o”, y quememos la “r”, saquemos del diccionario de nuestra memoria esas letras juntas, olvidemos que las dijimos, olvidemos que quisimos decir algo, que no entendíamos, que no sentíamos, que simplemente fue un juego que quisimos aprender por resignación, por soledad, por hastío, por vergüenza de caminar sin alguien, sin tomar una mano para despertar un suspiro.

Yo no creo en el amor, nunca he creído en el, yo no sé amar como en estos días se ama, nunca necesite las palabras que escuchaba con mi nombre, nunca me bastaron cuatro letras para encapsular lo que sentía, nunca fue lo que viví, aquello que leí de otros tiempos, de otras vidas, aquello que se escribió y describió en pasados, en letras de almas que vertieron su corazón en papel, en imágenes, en notas.

No creo en el amor, no le busco, no le encuentro, no me canso esperándole y encontrándole en palabras, en voces que repiten frases que contienen esas letras, no creo en esas letras.

Creo en las miradas cuando las he sentido caminando por mis manos, creo en suspiros que transportan a lugares lejanos, creo en cerrar los parpados para sentir un corazón, creo en los besos que se dan a kilómetros, que se dan sin medida, sin contar los segundos que duran, y que con la fuerza de su impacto sacuden con el viento las copas de los arboles.

Creo en los latidos que alfabetizan letras que no existen, que aun sin estar en el diccionario uno las reconoce y siente y vibra, y se vuelven diálogos directos donde estorban las palabras, donde los silencios no existían y nada muere, y nada se rompe, y nada decrece, y nada se pesa ni cuantifica, y se entrega todo sin pedir razones, sin preocuparse por correspondencias, por reconocer como espejos lo que hay dentro de uno, sin ataduras, sin pretextos ni intercambios, sin saber porque, ni como, ni las horas que dure, ni las distancias milimétricas.

Creo en muchas cosas, pero en el amor no,
no creo en él,
no creo lo que escribo, no creo enamorarme, no quiero enamorarme, no es amor lo que yo creo y siento dentro de mí, no reconozco esas letras dentro, ni afuera.

No que creo en el amor,

jamás he creído en él,

en lo que creo ciegamente

es en cada latido de mi corazón.