LO QUE SOY

Puedes ver mis manchas en

marzo 25, 2010

LO QUE QUEDA

¿Que nos queda de esta ausencia tuya y mía?, ¿que nos queda entre cafés insípidos que el tiempo enfrió sacudiéndoles el aroma?, ¿Qué nos queda después de las palabras, y los silencios? ¿Qué nos queda de las mentiras, de las omisiones que furtivas se escapaban para no etiquetarlas como mentiras?

Cada quien se pierde como puede mientras el adiós es inminente, mientras las ausencias son mas estériles de recuerdos, y las cursilerías ya no llenan los días en que había fechas marcadas en el calendario de nuestra memoria.

Van desmarcándose los días y quedan las promesas incumplidas exiliadas a donde las expectativas de cada uno se perdieron por voluntad propia, y el silencio gotea de tus labios mientras guardas el cadáver de un te amo dirigido a alguien más, y mis reclamos no nacen a falta de ganas y de razones, pues culpables somos dos y el tercero que pareció como fantasma y al que guardan ahora los suspiros que mordiéndote los labios callas.

Siempre dejamos la puerta abierta, siempre hubo distancias cortas entre despedirse o quedarse, y ahora solo marcan las agujas del reloj una despedida, sin rencores, si se puede, sin culpables, si se puede, sin odios, sin razones, que no hacen falta, que todo estaba dicho ya, que no hay espacio entre el tic tac, para una letra o cuatro, que no caben ya las hipocresías y las desganadas miradas de la cucharita a la sala, de la sala a tu maleta, de tu maleta a donde tus caricias te aguardan.

Que los barcos están por zarpar y en el puerto hay tan solo dos, el que te lleve a navegar a los brazos de él, y el que por falta de todo, no tiene otro destino más que naufragar lejos de ti.

Escapemos antes de que se esconda el sol, déjame quedarme a que llegue la Luna, para ver en su reflejo que tus sueños ya no están más en mis manos, que mi insomnio ya no está sobre tu piel y el desvelo será ahora para hacer recuentos de recuerdos, de sonrisas de latidos y que no haya saldos en contra y que quedes en el recuerdo como lo más grato que viví, como lo más amado que perdí.

Que no quiero palabras de odio al decir tu nombre, ni rencores que me pesen más que tus sonrisas, que prefiero mantenerte como amada, a perderte en el odio de una mentira, ¿Qué más da ahora si no soy yo quien te dibuja las sonrisas? ¿Qué más da que mis cursilerías ya no vengan a bien llenarte de ilusiones y fantasías? ¿Qué más da si aun te amo y ú no puedes más que quererme? Que me quieras sea el epitafio que se grabe sobre la tumba de nuestros pasados, que sea un te quiero lo que pese mas al momento de recordarte.

Y que sea de esta manera para que cuando vuelva a verte podamos sostenernos la mirada de la manera en que nos vimos el primer día.

¿Qué más da si esta noche, un adiós es lo que amarga el café sobre la mesa? ¿Qué más da si esta noche te vas? después de todo solo quise verte feliz, y pedirte un momento más, es alargar tu agonía, y acrecentar el rencor de lo quebrado.

¿Qué más da si esta noche, es la soledad quien cierra la puerta? Salgamos antes de que esta habitación llena de nosotros se venga abajo, salgamos antes de que olvidemos que fuimos juntos, y ahora no exista un madero al cual aferrarse, salgamos ahora que aun me quieres, y que sigo amándote.

Salgamos antes de que me ganen las ganas y te diga quédate un momento más.

NADA

Qué difícil es desear dejar todo a un lado, esconder las anemonas bajo las ojeras, pa que no veas las noches que te he esperado, las ausencias que se oxidan en el marrón de mis sueños exiliados de una cama que le da por escapar cada noche para ser otra cosa y que no sea solo un nido de suspiros en esperas que no terminan.

Encontremos las razones para encontrarnos, si es que las hay, escondidas bajo tu pecho que late sin sentido el nombre de ecos que no retumban sobre ninguna trinchera, y si no hay razones más que las que despiertan las sonrisas en mi cara al rememorar tus sonrisas imaginarias en el recorrido diario a ningún lugar, pues que más da, quedémonos con esas, aunque sería bueno saber que tienes una razón escondida en tus manos para llegar a encontrarme.

Y bien podría valer la pena hurgar un poco bajo tus parpados y saber si no hay ahí alguna imagen de mis brazos rodeando tu cintura, o recorrer con el viento la piel bajo tu ropa para conocer si no queda algún pedazo de piel sin caricia, que mustio busque un dedo mío rozando algún poro que transpire al encuentro de un beso.

Bien valdría entonces dejar todo de lado y que caigan mas insomnios y que se descubran los desvelos de cada bostezo que das en el asiento de un camión de regreso a donde aun no estoy esperándote, y bien valdría la pena entonces que comenzara a decir tu nombre, una y otra vez, una y mil veces más.

Qué difícil es querer esconder que te pienso a cada momento, que no hago más que esperarte, más que pensarte, que difícil se vuelve mantenerme lejos de la morfina y no ceder a quedar sedado, ciego, sordo, mudo, muerto, muerto sin saberte, muerto creyendo que hay mas lejos de ti, muerto creyendo que seguir adelante sin seguir a tu lado es “normal” ¿y quién diablos quiere ser normal? Si esta anormalidad que es esperarte entre latidos no deja de despertarme sonrisas y una esperanza cada vez que un paso en la calle me hace creer que te acerca más a mí.

Que duerman todos entonces y me dejen el insomnio como algo propio, que duermas tú también, que quizás sea en sueños cuando llegue a tú vida y llegues tú con la locura de mis insomnios asesinando el frio que sobre los dedos de mis manos van haciendo brotar caricias multicolores que quedan sobre un lienzo que atestigua esta espera de noches insomnes.

marzo 24, 2010

ALGUN DIA...

Conservar el aire en tus besos, esos que saben a chocolate, esos que detienen el tiempo en los semáforos, esos que te rescatan de los olvidos y de las ausencias, que te encuentran con los ojos cerrados deseando perderte por completo el tiempo que tengan que durar tus extraviados latidos, tus latidos que aun te mantienen a flote, que te sacan de la zozobra, que te elevan hasta donde una vez soñaste llegar y llegaste.

Y se quedaron las estrellas durmiendo mientras te colgaste de la Luna entre esas lagrimitas que en silencio escondías detrás de algún suspiro que anunciaba el réquiem por los amores perdidos, por los amores no vividos, por los amores que partían en barcos que no tenían tu escudo como bandera, en manos que no guardaban mas caricias para ti, ni rozaban tus mejillas para sacudir el polvo de sal que dejaban tus quebrantos.

Pero detrás de todos los vacios y de los escombros y de las ausencias y de los adioses y de esos ojos que apagabas para no ver lejanías, detrás de los andenes del tren y de los pasillos cansados que recorrías sin entusiasmos ni ilusiones, detrás de tus noches despierta y de tus días dormidos, detrás de una banca en el parque, te vi.

Y fueron las puertas que se cerraron aquellas que nos sirvieron de botes salvavidas, fueron tus pasados y mis inciertos futuros, fueron aquellas palabras que dije sin que se escucharan y aquellas letras que deseaste escuchar y nunca llegaron, fueron tus lagrimas y el frio de mis dedos, fueron mis pasos desgastados y los aleteos de tus alas, fueron tus miradas tristes y las mías escondidas, fueron tus bostezos en el camión y ese dolor en la espalda que no me dejo dormir en aquel asiento, fueron mis vasos de café y tu libreta sobre tus piernas, fueron tantas cosas.

-¿puedo sentarme a tu lado?

-solo si prometes caminar después… a mi lado.

-¿iremos muy lejos?

-solo hasta que decir adiós cada tarde, pese.

-decir adiós siempre duele

-entonces jamás me digas adiós.

-¿y si un día quieres marcharte?

-si un día quiero marcharme, te llevare conmigo.

-¿y si un día quiero marcharme?

- si un día quieres marcharte no te preocupes, me llevo tu recuerdo también conmigo.

-¿y si te enamoras de mi? ¿Te enamorarías de mí?

-¿y si tú te enamoras de mi? ¿Te enamorarías tú de mí?

-no sé que es el amor, no se que se siente amar y que te correspondan, no sé nada

-pues quizás fuimos al mismo colegio porque tampoco aprendí esas lecciones, pero podemos averiguarlo mientras caminamos juntos, hasta encuestas podemos hacer si quieres.

-no confío mucho en lo que dice la gente sobre el amor.

-confía en mi entonces.

-no te conozco, no puedo confiar en ti.

-insisto, caminemos juntos.

-¿confiaras tu en mi aun sin conocerme?

-no, claro que no, confiare en tus miradas, confiare en tus latidos, confiare en tus manos, confiare en tus labios y en el aire que sale de tu boca cuando digas mi nombre, confiare en la confianza misma.

-¿y si te decepcionas?

-para que me decepcionaras tendría que tener expectativas en ti, y la verdad no espero nada de ti, aunque espero que no sea yo quien te decepcione, así que supongo que si hay decepción será de mi mismo, por no cubrir las expectativas que he imaginado podrían hacerte seguir a mi lado sin decepcionarte.

-no puedo decepcionarme, no te conozco aun.

-insisto, dejemos el “aun” a un lado y caminemos juntos.

-pero te irás, se que te irás, siempre se van.

-me iré a donde estés, y si ha pasado siempre, quizás podamos hacer excepciones esta vez y ser distintos y que te quedes tú, y que me quede yo, y dejemos de ser solo tú y yo, y comencemos a ser nosotros, nosotros cambiando lo que siempre nos paso, nosotros saliendo de ese remolino de historias que se repiten una y otra vez, nosotros caminado juntos.

-pensé que solo serian dos pasos

-pensé que no te haría sonreír

-pensé que no volvería a sonreír

-lo ves, todo puede ser distinto, al final todo puede cambiar y aquellos que creemos o esperamos puede ser diferente, incluso para bien.

-me ha dolido la espalda en esta banca, ¿podemos caminar?

-pero solo dos pasos, o los que sean necesarios para volverte a hacer sonreír y saberte feliz.

-me siento feliz.

-el primer paso entonces nos ha salido bien.



marzo 20, 2010

SERE

Seré quien te encuentre, si algún día decides llegar,

seré quien extienda su brazos para cobijarte del frio que el otoño traiga,

seré quien se pierda en tu mirada diciéndote un silencio,

seré quien deshaga tu realidad y descubra tus sueños, esos que ya no miras, esos que escondiste y que con pinceladas sobre un lienzo en blanco despertaremos.

Seré aquel que se llene con tus sonrisas,

el que seque las lágrimas de tu pasado, para cubrirte de alegrías

el que encuentre en lo que eres lo que siempre fuiste, lo que recuerdas de mi lo que reconozco de ti.

Seré la lluvia que te traiga la nostalgia y el café que quite lo amargo a las cosas que recuerdes entre sollozos,

seré el silencio que deja escuchar tus suspiros al dormir,

seré esa sabana que te cubre mientras duermes, el viento bajo tu ropa, la memoria latente de una noche a tu lado.

Seré las letras que lleguen hasta ti colgadas de estrellas y que agrupándose te digan simplemente un te amo,

seré la obscuridad de la noche para que brille tu luz y seas mi Luna.

Seré el mar que meza tu bote, que te naufrague y te mantenga a flote, que te zozobre entre pasiones escondidas, entre remos rotos , entre un vaivén de besos, de abrazos, de caricias, pero que al final siempre te devuelva a la orilla de una playa, donde te espere tierra firme.

Seré quien pierde la razón pensándote,

extrañándote,

mirándote,

soñándote.

Seré quien esconda tu miedo para verte avanzar hacia delante,

hacia esos caminos que soñaste pisar, y que por el miedo se te enraizaron los pies.

Seré cuando me nombres porque estás sola,

cuando me pienses,

cuando extrañes y no haya nadie cerca,

seré cuando tengas frio,

cuando tengas hambre,

cuando tus ojos se nublen por que duele el corazón, porque descubriste que tenias corazón,

seré cuando me dejes ser,

cuando tú quieras que sea a tu lado.

Seré entre el pasado y el futuro,

a destiempo, tardío, adelantado, a tiempo.

Seré entre las hojas que caen de los arboles cuando caminas por el parque,

entre el agua de esa fuente que miras a las nueve, y a las tres y a las seis.

Seré entre huellas, entre espuma, entre tu ropa al pie de la cama lista para salir al trabajo,

seré entre el desayuno ligero y la comida recalentada,

seré el silencio que espera tu regreso y que te acompaña mientras te desvía el trafico.

Seré si llegas, todo eso y mas seré,

pero hoy,

hoy soy simplemente quien se sienta una vez más a esperar a que llegues,

recordando lo que fui,

imaginando lo que seré

y abrazando lo que soy cuando estoy contigo sin ti.




BATALLAS PASADAS

“Que sencillo es morir durante la batalla, cuando la batalla fue por conservarme un segundo en el reflejo de tus pupilas”

Eso pensó aquel guerrero antes de soltar el último aliento de vida de su cuerpo, al menos el último que daría en esta vida.

Cuando los días más tristes habían pasado, llegaste tu a posarte frente las vagabundas ojeras de aquel hombre, tan pequeño y común que pasaba desapercibido entre los demás hombres.

Y fue tan solo una mirada tuya lo necesario para aventurarse en la batalla que le costaría la vida, que por de mas decirlo, fue la proeza más grande de aquel hombre que solo era un hombre.

Pero cada criatura en ese mundo tenía un segundo de vida para hacer su vida algo épico, todos tenían por destino la grandeza cuando encontraban el sentido de aquello que había dentro, y bastaba un segundo para sentir cuatro letras despertándoles por todo el cuerpo, cuatro letras para descubrirles la gloria que había dentro de ellos, cuatro letras para saberse vivos y dispuestos a arriesgarse todo por mantener eterno eso que encontraban en ese segundo cuando aparecían las cuatro letras.

Y fuiste tú quien le despertó ese sentido a su vida, y fuiste tú quien le hizo encontrar el sentido de su muerte, y fuiste tú quien lo hizo saberse eterno aun después de que la espada le atravesara la armadura que le cubría el cuerpo lánguido que encerraba a su corazón.

Y la batalla duro poco, tan solo 300 años de empuñar su espada entre dragones y gárgolas que trataban de herirte con sus garras y te mantuvo a salvo y te mantuvo lejos del ardor del perturbado aliento de aquellas bestias y te mantuvo soñando y te mantuvo llena de fantasías entre un mundo que a concretos se edificaba para cubrir el cielo de cristales y los ríos de asfalto y te mantuvo con las alas extendidas acariciando el viento y te mantuvo la mirada sin convertirse en piedra, sin convertirte en estatua de sal que con humedades se desmoronaba y se perdía y te mantuvo siendo tú y solo tú por quien latía todo dentro de él.

Pero las desventuras pasan, hasta en los cuentos para dormir y paso en su historia y la desventura le llego para envolverlo en la obscuridad y emprender su último viaje sobre la barca de Caronte

Y la desventura le llego cuando a ti te llego el delicado roce de una mirada que no era la de él y ante la sorpresa y el miedo aquel hombre que se había vuelto un guerrero, bajo la guardia y fue el acero oxidado de otro hombre el que le dejo las marcas en su armadura y perforado el corazón que lentamente fue desangrando todo el cuerpo mientras el solo pensaba que los 300 años de batalla habían valido la pena por el segundo que duro su reflejo en tus pupilas.

300 años después de 300 vidas y siempre se habían encontrado y siempre se habían vuelto a perder tan solo para volverse a encontrar y amarse por primera vez y mirarse por primera vez y herirse por primera vez y perdonarse por primera vez.

Aquel hombre tan pequeño que pasaba desapercibido, ahora descansaba sobre la barca de Caronte, sin monedas de oro o plata, sin ropas limpias, sin perfumes que le mantuvieran fresco por aquella travesía, pues tan solo descansaba, y Caronte y él y tú, sabían que todo volvería a comenzar en otra vida y que aquel viaje tan solo era una pausa y que pronto volvería a encontrarte y a amarte y solo ahora, ahora era momento para esperar al lado de Caronte mientras volvía su barca a recogerte para volver a encontrarse

…en otra vida y volver a latir cuatro letras, cuatro letras uno al otro, cuatro letras para ser solo uno, cuatro letras para encontrarse y saberse de nuevo vivos.

marzo 18, 2010

NUEVOS A MEDIAS

Después de tanto tiempo ahora por fin camino en libertad, he dejado el recuerdo de lo que fuiste y de lo que pudimos ser, he reconstruido después de tanto tiempo nuevos pasados, nuevos presentes y navego con la incertidumbre de los futuros que brillan sobre una Luna que no sale y que sin embargo no deja de iluminar mis noches como lo hacías antes tu.

Todo aquello que pasamos, ya paso, quedo atrás, quedo enterrado entre los escombros que levante debajo de un piso café, tres costales de escombros, como las tres veces que intentamos crear algo juntos, como las tres veces que la vida nos reunió por azar o por destino y tu camino se cruzo de nuevo con el mío, solo para confirmar, quizás, que éramos ajenos uno al otro.

Ahora ya no estás, ya no estoy, no estoy a las tres de la mañana cuando necesitabas que alguien te rescatara de un bar, donde alguien te había dejado con lagrimas en los ojos, ya no estoy en el taxi que tomaba para ir por ti y secarte las lagrimas, ya no estoy a media noche para hacerte dormir cuando el insomnio te atacaba y detrás del teléfono me quedaba contándote cuentos hasta que tus silencios me decían que ya Morfeo te hacia compañía y los pinceles pacientes esperaban a que colgara, como yo esperaba que todo eso contara.

Ya no estoy esperándote en la esquina después de una pelea con tu amante en turno, ya no estoy para hacerte sentir bonita cuando él te había dejado por otra que te hacía sentir como tú me hacías sentir a mí.

Ya no estoy para sanarte las heridas, para desmancharte de miradas insanas el escote y tapiar tu falda para que las ratas no te carcomieran por gulas.

Ya no estoy para desvanecer las cicatrices de tu piel a besos, para recibirte con las alas rotas cada fin de semana y que lloraras sobre mi cama y que durmieras entre colores y ese olor de aceite que decías que te gustaba, ya no estoy para abrazarte mientras tu deseo tenía hambre, mientras tus ganas te recorrían la nuca y como premio de consolación me ofrecías mi nombre en cuatro letras, ya no estoy ni para recibir tu sexo por compasión, por lástima, porque decías que era buena persona, porque decías que era un niño lindo, porque decías que, decías tantas cosas y tantas veces quise creerlas, pero ya no estoy.

Ni estas, ni estuviste, ni quedo mas de ti que cicatrices que la noche me ha ido borrando, que entre esperas he ido matizando de nuevos colores, de nuevas formas, de nuevas alas que no son las tuyas bicolor, y no estás ya entre dolores, entre dudas, entre posibilidades en las que todo sale diferente, y tú eres quien ame, y yo soy quien pudiste amar, pero ni en esas posibilidades estas ahora.

Y el colchón sobre el que escribías frases cada vez que decías amarme, se lo ha llevado el camión de la basura, y las sabanas que te envolvieron como capullo para dejarte renacer con alas de colores, se volvieron humo el mismo día, y queme de ti hasta los besos falsos que dejaste anidándose en la almohada, y queme de ti la única foto que quedaba, y queme de ti el recuerdo de un mañana a tu lado, ese que por las tardes de domingo solías inventarme mientras con la pluma azul ibas escribiendo tus frases sobre el colchón.

Ya no estás en el fuego que me hace arder cada madrugada entre óleos y cigarros, entre el sabor del café que recogías de mis labios, no estás en el chocolate después de hacer el amor, ni en el beso en la frente al amanecer para despertarte con una sonrisa, ya no estás en el teléfono que ya no suena de madrugada, ni a media noche, ni en las tardes de domingo, ni los sábados en la mañana.

Ya no estás en la ropa que tenía en el closet y que me quedaba para tenerte una muda cuando la lluvia nos sorprendía de regreso a casa, ni estas en los cajones donde guardaba los tickets de autobús y de cada momento que pase a tu lado, no estás ya ni en los amantes de otras que repiten las mismas historias que tú, las mismas mentiras que tú, ya no estás en esa credibilidad que finjo darles, pues si algo me enseñaste bien fue a oler esas mentiras, a entender que las omisiones no dejan de ser mentiras, que los amantes escondidos detrás de las llamadas y de los mensajes aguardan a que me de la media vuelta para lanzar sus caricias, sus besos, ya no estás ni en ese dolor que solía sentir cada vez que hacías eso, que hacían eso.

Gracias a ti me he vuelto la farsa que les hago creer, ese idiota que parece no percatarse de que hay otros, de que solo es uno más en esa cuenta de manchas sobre una piel marcada por besos extranjeros, y debes de saber que me sale bien fingir, quizás sea eso en lo único que estas ahora que he tirado todo a la basura, y fíjate que bastante bien me enseñaste a distinguir las farsas de otras, que incluso hasta algunas veces suelo sentir un poquito de dolor cuando pienso que solo soy uno más.

Ya no estás en mi amor, porque mi amor nunca dejaste que estuviera en ti, y solo he decidido quedarme con lo que pude aprender de las heridas que quedaron, y estas tan solo en mi cabeza que enciende focos rojos cada vez que llegas con tus navajas afiladas entre engaños con los ojos de alguien más, a decirme con una nueva voz que todo puede ser distinto esta vez.

Ahora tengo una cama sin huellas, un colchón sin aromas, y un piso, sin más pasos que mis pies descalzos que cada noche se acercan a la ventana para mirar una nueva Luna brillando para anunciar la incertidumbre de mis nuevos días, de mis nuevas noches entre óleos y cafés y cigarros y de mis nuevas vidas esperando que esta vez todo sea diferente sin ti.

Que alguien más te acompañe en tus días porque yo ya no estoy más para ti, porque tú ya no estás para mi

marzo 10, 2010

QUEDATE CONMIGO

Anda quédate conmigo esta noche, anda deja que me quede y que te quedes, anda que hace frio, y tus manos tiemblan y mi corazón también ahora que estas frente a mí.

Anda que aún es temprano, que aún es tarde y el sol tardara en salir, anda que son muchas las horas que llevas despierta, anda que si te quedas esta noche podre pintarte tal y como eres.

Anda que mi cabeza no da para más y ya no quiere seguirte imaginando, anda vuelve desde donde estés y quédate conmigo esta noche, anda sal del limbo esta noche y deja que te sienta, y deja que te diga, por una noche, como será cuando volvamos a encontrarnos, como tantas vidas atrás.

Que te dio miedo nacer y volver a sentir frio, y volverte a caer y volverte a mojar, y volver a sentir tantas cosas, pero mira como me he quedado yo, pues el frio y las caídas y la lluvia que cae sobre mi y todas esas cosas no se sienten igual sin tener tu cuerpo junto al mío.

Anda por favor que esta noche te necesita mi corazón más que otras noches, anda que tengo muchas noches inventándote sobre un lienzo, anda que tengo muchas letras atoradas que hablan de ti y quiero vaciarlas sobre tu cuerpo y contarte lo que veo con estos ojos ojerosos por tanto desvelarte, anda que quiero inventarle la explicación a todo lo que veo en ti, y contarte la historia de tu axila, e inventarle una historia a tus muslos, y contarte cómo es que tu pezón se despierta perezoso cuando le hablo, y pintarte de azul el corazón y ponerte alas para verte volar sobre mi cama.

Anda que aun esta la Luna afuera y el sol no quiere salir aun, anda que los colores se secan y las caricias se van desvaneciendo, y de otras vidas solo me va quedando un recuerdo que ya no se qué tan real fue, o es.

Anda que quiero dibujarte una luna sobre tus caderas, un rio sobre tu espalda que desemboque en un océano de misterio entre tus muslos, y un corazón sobre tu vientre.

Anda que la Luna esta desnuda y quiere que vistas la misma piel que ella.

Anda por favor deja por esta noche el limbo, déjame sentir tu mano dentro de mi corazón, déjame sentir tus ojos inspeccionando mi alma, para que estés segura que esta noche como muchas otras me haces tanta falta.

Anda no me dejes mas lagrimas sobre el suelo de las calles que tanto he recorrido buscándote, con la idea de que tal vez venciste el miedo de volver a nacer y estas allí buscándome, encontrándome como muchas vidas atrás.

Anda que con el frio las lágrimas me parten la piel como si fueran pedacitos de vidrio arañándome el rostro.

Anda que te extraño y quiero saber si me extrañas. Anda que esta noche mi corazón esta más triste que de costumbre.

Anda que mis manos extrañan recorrer por horas tu silueta, y perderse entre cada rincón que van descubriendo, y mi voz, mi voz ansia recordar tu nombre.

Anda no me dejes aquí solo esta noche, no me dejes, solo esta noche, solo esta noche por favor.

marzo 07, 2010

AMOR AUN DESPUES DEL DESPUES

Llegaste como cada invierno desde hace 15 años, sabía que llegarías, sabía que ni la nieve de este día te detendría para venir.
Vi tu sonrisa despertando mientras caminabas hacia mí, dibujándose desde el primer momento en que me viste, sabes que sé muy bien porque sonreíste, lo sé porque cada vez que caminaba de tu mano por la calle y la nieve llegaba, sonreías, mientras apretaba fuerte tu mano para decirte que era feliz con cada copito de nieve, y sonreías, sonreías aunque a ti te fuera mejor el calor, pero sonreías y tiritabas cuando el pasto del parque se cubría de blanco, y te abrazaba mientras nos sentábamos sobre la nieve y te inventaba cuentitos que iba dibujando con hojarascas sobre la alfombra blanca que caía lentamente.
Tú limpiabas copitos que caían sobre tu rostro, yo te besaba el carmín de tus chapitas, tú cerrabas los ojos y sonreías, como me gusta tu sonrisa ¿sabes? Y me gustaba que en aquellos días entre cuentos y copos de nieve y figuritas que bailaban entre la hojarasca sacabas de la mochila una frutita y la comíamos hasta que el ultimo mordisco te lo daba a ti, y tomaba la semilla y la guardaba en el bolsillo de mi abrigo.
Recuerdo que cada vez que hacia eso sonreías y me mirabas llena de curiosidad, pero no fue hasta varias semillas después que me preguntaste que para que guardaba las semillas, entonces no te dije nada en aquel momento, solo sonreí y tú me abrazaste, – estas loquito, me decías al oído mientras olía tu cabello.
Una tarde antes de la primera nevada entre a la habitación mientras tu sobre la cama leías tus viejas notas, -¿recuerdas que me preguntaste que para que guardaba las semillas?, levantaste tu rostro y sonreíste, yo estaba de pie sujetando una cajita de zapatos, y te la di. Abriste la cajita que contenía tres frasquitos de vidrio con tapas metálicas, fuiste sacando cada frasquito mientras mirabas su contenido con esos ojitos llenos de curiosidad que me gustaba contemplar y que me anunciaban siempre alguna pregunta, de esas preguntas tuyas que siempre me hacían sonreír y que debo confesarte me parecías tan niña cuando preguntabas cosas así, fue tu curiosidad entre otras cosas las que hicieron que me enamorara de ti, y que pensara en querer pasar toda la vida respondiendo a tan singulares preguntas.
Solo dos de los frasquitos estaban llenos, el tercero lo llenamos después ¿recuerdas? Al día siguiente como cada primera nevada salimos a caminar, y mi mano apretando la tuya al caer el primer copito, y tu sonrisa puntual al verme levantar el rostro y cerrar los ojos mientras los copitos caía sobre mí.
Yo recordaba que el primer día en que te conocí había caído nieve, entonces cada vez que veía un copito pensaba en ti y sonreía, aunque tú estuvieras lejos, aunque aun no camináramos juntos esperando la caída del primer copo de cada año. La primera vez que vi un copo de nieve fue precisamente el primer día que te vi, -jamás había visto un copo de nieve, te dije emocionado, sonreíste por mi cara, -jamás había visto tu sonrisa, te dije feliz, sonreíste y el carmín de tus chapitas me gusto para pintarlo varias madrugadas después, con tus sonrisas, con tus pudores, con tu tibieza en madrugadas perdidos entre besos y tus humedades, pero siempre el carmín de tus chapitas me deslumbraba y me encantaba.
Inviernos después mientras estábamos sentados sobre la nieve, entre cuentos y figuras de hojarasca sacaste un durazno, de esos que tiene el rojo casi sobre toda la piel, y mientras lo limpiabas con la manga de tu suéter, me acerque a tu rostro y pase suavemente mi mano sobre tus mejillas, -tienes piel de durazno, te dije mientras tomaba de tu mano la frutita, -así como te da la luz ahora se ven los vellitos de tu rostro, esos vellitos transparentes que pareces tener, y con la luz así, parece que tu piel está rodeada de un halo de luz blanca y se siente tan suave, como el durazno.
Tome tu mano y pase el durazno lentamente sobre la palma de tu pequeña mano, mientras tu sonrojada cerrabas los ojos y apretabas los labios con media sonrisa, me encantaba mirarte esa mueca, como si por la cabeza te atravesaran millones de hermosas imágenes que tu sonrisa dejaba ver lo agradables que eran aquellas imágenes que por tu cabeza pasaban.
-me gusta tu carmín, te dije y estallo tu sonrisa, me empujaste y volteaste a tomar la mochila, sacaste una ciruela, -tú me pones así, y pusiste la ciruela frente a mis ojos, la tome y te la acerque a la boca para que la mordieras, entonces su color rojo se quedo sobre tus labios, una gotita escurría entre las comisuras de tus labios y te bese.
Te recosté sobre la nieve y descubrí tu ombligo, y puse el huesito de la ciruela dentro de el, y mientras rozaba la piel que estaba alrededor, tome el huesito y te dibuje un corazón con el carmín magenta que el huesito iba dejando de su pulpa, esa tarde nevó muy poco, y debajo de aquel árbol nos volvimos una sola semilla.
Recuerdo que ya al anochecer te encontré sobre la cama con la cajita de zapatos y mi abrigo al lado tuyo, sacaste el huesito de ciruela y besándolo lo pusiste dentro de el frasco que estaba vacío, así fuimos llenando el tercer frasquito, terminábamos nuestros paseos cada primer nevada sobre la cama dejando dentro de aquel frasquito una semilla mas o una flor, o caracolas, y así el frasquito de fue llenando, y decías que las conchitas que guardaban las semillas de las jacarandas parecían castañuelas u ostras que se habían quedado colgadas en algún diluvio, y que las que traían la semillas de aquel árbol que paren sus hojas de maple, erizos y las de durazno corazones explotando, así tenias una explicación para la forma de cada semilla, y sonreías mientras me contabas esas cosas tan lindas y de las que muchas veces terminaba pintando y sonreías al ver los cuadros, y sonreías al recordar las tardes cuando recogíamos semillas y sonreías cuando te miraba, y sonreías cuando tu curiosidad te despertaba alguna pregunta, y sonreías con mis respuestas y mis historias cursis, que te contaba para despertarte las sonrisas, y sonreías entre carmines, entre copitos de nieve y mi mano apretando la tuya y sonreías mientras tiritabas porque a ti se te daba mejor el calor, pero sonreías con mis inviernos, sonreías conmigo.
Hace quince años que sigo viendo tu sonrisa cuando me alcanzas a ver, y después de tantos años juntos se dé que es esa sonrisa y aunque de vez en cuando algún invierno llegas con una lagrima, al final el recuerdo de lo que vivimos te despierta una sonrisa, y si hace falta le pido al viento que agite mis ramitas para dejar caer sobre ti un copito de nieve y entonces sonríes y aparece tu carmín en tus chapitas.
Ahora yo no puedo dibujarte sobre la nieve con la hojarasca, y eres tu quien cada año dibuja algo con las flores púrpuras que guardo cada invierno para ti, y mis raíces van creciendo para que cuando te sientes sobre la nieve pueda abrazarte un poquito más fuerte, ahora sigo viendo esa mirada llena de curiosidad cuando cae el primer copito de nieve y aunque tus ojos están enmarcados ya por arrugas siguen teniendo esa esencia de niña que hay dentro de ti, y sonríes, sonríes cada invierno que vienes a verme, sonríes cada vez que un copito de nieve cae sobre tu rostro y aunque ya no pueda apretar tu mano, sonríes.
Sonreíste incluso después de que tuve que partir, y llegaste hasta aquí y me sembraste para que siguiera a tu lado, y me cuidaste mientras despertaba, y aunque al principio fueron tus lagrimas las que me regaron, siempre tus sonrisas han sido la mejor razón para florecer, y cubrir la tierra encima de mis raíces de púrpura y te espero cada invierno el día de la primera nevada, para verte sonreír, para que me sientas en un copito de nieve, para que me sientas cerca de ti, para que sepas que aun estoy contigo, que aun te amo, y que estaré aquí esperándote para verte sonreír y quizás algún día florecer juntos de nuevo durante la primera nevada de cada año.

marzo 05, 2010

AHORA FUE SIEMPRE

He estado pensando en que es lo que nos une, ¿que es aquello que hace que tu estés aquí aunque no estés?, ¿que me hace esperarte?, ¿que me hace creer que estarás, que llegaras, que soy de ti y que tú, tú me reconocerás al verme?, ¿me reconocerás acaso?

Me he enfrascado en una espera incierta, sin saber nada, sin creer en nada más que esto que siento por ti, y que me resulta tan extraño, tan raro, tan ilógico, sin embargo lo siento y te siento.

¿Existe el destino? ¿Existen las almas gemelas, los corazones divididos en dos que se pasan toda la vida en la labor de encontrarse?, ¿Qué somos tu y yo?, ¿que somos separados?, ¿que somos si no nos encontramos?, ¿si no llegamos?, al final seguiremos existiendo, ¿pero serás feliz? ¿Seré feliz lejos de ti? ¿Sentiré acaso ese vacío en el pecho por el resto de mi vida?, ¿Qué somos?, ¿Qué somos tu y yo? ¿Que somos tu lejos de mí, y yo sin ti?

Tratando de encontrar una respuesta o un culpable quizás, quise retar al destino, al tuyo y al mío, así que zarpe al atardecer a un lugar lejano, a donde nadie supiera una letra de mi, a donde nadie conociera esta espera que hay dentro de mí.

Y no por escapar de ella, o de ti, más bien para retar al destino, para retar el encuentro previsto en alguna agenda, o en la memoria imborrable que sin conocer se añeja dentro de tu pecho haciéndote suspirar por las noches pedacitos de Luna.

Así que le he apostado al amor, ya lo ves, y si es que soy de ti y es tu corazón el fragmento exacto que embona dentro de mi alma me encontraras, nos encontraremos, aunque parezca que he dejado de buscarte, aunque parezca que me he perdido, que he desaparecido y trato de borrar mis huellas sobre la nieve, aun así, si somos uno para el otro me encontraras, me sabrás buscar, me reconocerás quizás cuando menos lo espere yo.

Sin embargo a esta decisión le han llegado dudas ¿sabes? ¿Qué pasara si nada de esto es cierto? ¿Qué pasara si no soy nada de ti? ¿Si no eres nada para mí? ¿Qué pasara si en realidad no hay dentro de ti ningún hueco? ¿Si no sientes esa necesidad de latirme? ¿Qué pasara si simplemente no sabes que existo?

El barco ha zarpado y voy sin destino, porque el destino está a prueba, y no tengo dirección alguna pues deje la brújula, rezo por que este barco zozobre, y termine naufragando en alguna isla, si es nuestro destino encontrarnos me encontraras allí, envuelto en soledad, envuelto en espera, en esta espera de ti.

Y ahora me pregunto ¿Qué sientes? ¿Eres feliz? ¿Te acuerdas de mí aunque sea como una mancha que te despierta por las madrugadas suspirando sin saber porque o para que latir? ¿Vendrás por mí? ¿Me buscaras? ¿Cuántas veces te confundirás antes de darte cuenta de que aun estoy de naufrago, que aun estoy esperándote? ¿Crees en el destino? ¿Crees en el amor de esta insana forma? ¿Llegaras? ¿Sabes siquiera que existo? ¿Sabes siquiera que te amo?

Quisiera escucharte y saber que piensas del amor, saber que ves en el amor, saber que sientes cuando amas, y sobre todo saber que en esa imagen del amor que hay en ti alguna vez creíste ver una Luna azul como la que tengo tatuada en el corazón por ti.

Esta es una manera más de esperarte, una manera más de buscarte, quizás demasiado ilógica, pero amarte de esta manera no tiene lógica, y la razón la perdí cuando decidí volverme el hombre con cabeza de corazón,

la razón la perdí cuando supe que existías tú…

ahora naufrago,

ahora tengo miedo de que no llegues,

ahora te espero,

ahora es toda la vida,

ahora te amo,

y después también.



marzo 04, 2010

POR SI LLEGAS

Una vez leí un libro sobre un violín que era muy especial, un violín del que salían notas mágicas, notas que hacían vibrar a quien las escuchaba y a quien las tocaba, un violín mágico porque tenía amor sobre su piel, pues para darle el tono peculiar que tenía el que lo fabrico le había mezclado en el barniz la sangre de su amada, y la brocha que uso para barnizarlo la hizo con el cabello de ella, un violín hecho de amor.

Pocas veces he visto tributos al amor, tributos épicos que se levanten sobre asfaltos, sobre cimientos de concreto y vigas, tributos que todo mundo pueda ver y que recuerde lo grandioso que es el amor, he visto monumentos a guerras y al valor de los hombres, he visto monumentos a idealistas, a artistas que dedicaron su vida al arte, monumentos a personas que trataron de cambiar la mentalidad de toda una época, monumentos a actos de destrucción y muy pocos a actos de hermandad, pero no he visto un monumento al amor, una esfinge que se levante y que diga que fue hecha por amor, para el amor.

Quizás he vito muy poco, y de eso estoy seguro, quizás sea que el mayor tributo al amor es un beso en medio de la calle, o en una butaca de una sala de cine, o en una banca de algún parque, quizás el mejor tributo sea una mirada aunque sea fugaz, aunque dure poco, aunque solo la retengas antes de que esa persona baje del elevador o deje la sala de espera de alguna terminal, quizás el mayor tributo al amor sea la cubierta de una almohada que como testigo vio a dos personas fundirse y durar toda la madrugada en un solo suspiro.

Sin embargo todo esto me parece poco, porque creo que el amor no debería de ser tan breve, tan fugaz, tan inconstante, creo que así como congratulamos a quien dedica toda una vida al arte o a la ciencia, deberíamos de congratular también a quien dedica toda una vida al amor, aunque nunca le encuentre, aunque nunca se encuentre, pero sería bueno que hubiera un reconocimiento a quien a diario vive el amor o vive para sentirlo, para exprimirlo de las hojas que caen de los arboles en otoño, para polinizarlo al llegar la primavera, para barrerlo de las calles cada madrugada, para refrescarlo al sol del medio día, debería de haber alguien así, y que se le reconociera, quizás a diario.

Cuando cada persona por la mañana se mirara al espejo y viera tras sus pupilas el amor, o cuando al llegar a la cocina sea un beso lo que le humedezca los labios antes de un sorbo de café, que fuera mientras conduce un auto y en medio del trafico siente un latido al verle a él en el semáforo esperando la luz roja, y la luz roja cómplice aparezca y él aparezca en los ojos de ella.

Quizás cuando en medio del caos de la oficina y entre papeles suene el teléfono y sea número equivocado, sin embargo algo en la voz te hiciera saber que no estaba tan equivocado porque te reconociste en un suspiro, quizás cuando después de un día pesado regreses a casa y te encontraras con él esperándote con un abrazo para reconfortarte, y ella te bese te diga que eres tu su él y que lo sientas en una mirada, quizás cuando al anochecer las camas distendidas susurren los gemidos de ambos que se funden y se humedecen entre la espesura de un latido por amor.

Quizás debería de ser así todos los días y a cada momento, y rendirle tributo al amor, con amor, con cada latido que nazca dentro de nosotros, y congratularnos a diario, y sonreír al ver a quienes sin miedo o vergüenza se besan en la calle, y se toman la mano al caminar, y se ceden los asientos, y se cobijan del frio bajo la misma sabana, y se desprenden del tedio con un roce a una mejilla, y se dicen te amo y se responden con un beso que dice lo mismo.

No sé si pudieran ser así las cosas, no sé si alguien del otro lado del mundo esta amando a alguien más, y pensando en ella o en él, lo que sé es que esta noche como cada noche, beso mis pinceles y embarro un poco de color en mis dedos pensando que es parte de tu piel, y te pinto mientras con cada pincelada el pincel dice te amo,

y yo espero en silencio

a que donde estés,

respondas algún día

yo también

mientras sigo pintándote para que cuando llegues o cuando muera puedas ver todas las veces que te ame, todas las pinceladas que noche a noche gritaban un te amo rompiendo el silencio de las calles, intentando llegar con el viento a tus sueños, y que estuvieras consciente de que aquí estaba yo pintándote cada noche que te ame sin que tu lo supieras.

Te amo como cada noche, como todas mis noches.

marzo 01, 2010

UN POCO SUSCEPTIBLE

Soy susceptible a tus palabras ¿lo sabes?

Y no tanto a aquellas que escucho con tu voz, más bien las que me pesan son las que dicen las miradas que pones sobre otros, esos coqueteos que en silencio disparas respondiendo el fuego y yo en medio tratando de atrincherarme para que no me hieran de nuevo ni tus balas ni las que te hacen levantar la mirada y responder con una sonrisa.

Soy susceptible a tus silencios cuando te pregunto a donde fuiste y me respondes que tienes hambre, que te duelen los pies, que estas cansada y no quieres hablar, que saliste con él pero que te aburriste y querías llegar antes para estar conmigo, y te vas a la cama lavándote bien los dientes, pero reservando en tu pecho el sabor de los besos que él te dio.

Soy susceptible a esas sonrisas que te iluminan el rostro cuando ves tú celular sonando y reconoces el numero de él en le identificador de llamadas, y te levantas de la mesa para ir a contestar, mientras espero sumergiendo la cucharita varias veces dentro de mi taza de café.

Soy susceptible a tus cambios de gustos, y que llegues con libros nuevos, y que llegues con canciones nuevas y que llegues con sonrisas nuevas que él te recomendó y que lo que te gustaba antes ya no te emociona, incluso yo.

Soy susceptible cuando amanece y estas aun dormida y me dispongo a prepararte las cosas para salir y entre sueños escucho su nombre saliendo de tu boca, y al despertar te pregunto que si soñaste y respondes que no, mientras un suspiro te hace sonreír.

Soy susceptible cuando las horas pasan y no llegas, y suena el teléfono para avisarme que tienes trabajo y que de nuevo llegaras tarde a casa, y antes de decirte te amo cuelgas.

Soy susceptible a esas palabras que sin saber me dejas escuchar con cada una de tus acciones, y que te perdono porque te amo,

y porque te amo creo que tengo que dejar de ser susceptible y volverme valiente,

para dejarte ir con él que parece ser menos susceptible a que sea yo quien te ama y te espera en casa todos los días.