LO QUE SOY

Puedes ver mis manchas en

diciembre 09, 2009

BITACORA DE UN NOMO NAUFRAGO

BITACORA DE UN NOMO NAUFRAGO

Te he estado buscando sin encontrarte, he recorrido esta isla un millón de veces caminando siempre al lado de las huellas que mi pasado dejo, tratando de marcar siempre sobre el asfalto un nuevo par, de mis propias huellas, solo de mis huellas. Pero no llegas, y se bien que no llegaras, se bien que quizás navegas dentro de otro Mar.

Madrugada a madrugada voy a la playa y miro el horizonte buscando tu pequeño barquito salir de entre el Mar, pero no es así, no te veo, no te escucho, han pasado ya muchos años, han pasado así muchas madrugadas, muchas Lunas, en espera de ver sobre aquel horizonte tu pequeño barquito.

La otra noche te diré que pensé que eras tú, vi sobre el Mar un gran barco, esa noche había tormenta y el gran barco parecía estar zozobrando, quedo atorado en el arrecife que rodea la playa de esta isla, nade apresurado hacia los botes que bajaban de aquel gran barco, buscando desesperadamente tu rostro, había hombres, mujeres, de todas las edades, con rostros de distintos rasgos, nade entre los botes buscando tu rostro, nade entre los botes sin poder decir tu nombre.

La noche era muy clara, pues la Luna brillaba en lo alto como hacia muchas noches no brillaba. La tripulación de aquel gran barco se asusto al ver mi rostro bajo la luz de Luna, incluso no falto quien me golpeara con un remo creyendo que era un manatí asesino, quienes más gritaban eran las mujeres de aquel gran barco, -un monstruo, un monstruo. Gritaban una y otra vez, y algunas otras solo se quedaban en silencio trabadas del miedo, así que pude acercarme poco para buscarte en ese momento. Llegaron aquellos botes hasta la playa todos apurados pues yo nadaba detrás de ellos, buscándote, buscando tu rostro. Al salir del agua y dirigirme hacia ellos trate de hablarles y decirles que no era un monstruo, era un naufrago, un nomo naufrago.

Un poco ya menos horrorizados y después de que les encendí una fogata me contaron de donde venían y como a falta de un faro no habían visto la isla así que el gran barco se estrello en el arrecife de corales que rodeaba la isla, -¿pero como no se te ha ocurrido poner un faro? Deberías de hacer aunque sea una fogata para prevenir que otros barcos se estrellen, solo Dios sabe qué clase de monstruos viven en esta isla. Les explique que no había ninguna otra criatura, extrañamente a mi llegada los demás animales abandonaron la isla, los cangrejos subieron a los caparazones de las tortugas, los monos hicieron una balsita, y el hipopótamo se fue nadando. Así como muchos otros animales que no recuerdo ya. – ¿los monos se fueron en una balsa?, así que podremos salir de esta isla. Sin decir más se comenzaron a organizar esa noche para hacer varias balsas con las palmeras que había en aquella isla donde esperaba cada madrugada a que tu barquito apareciera flotando sobre el Mar.

Les ayude en lo que pude a construir sus balsitas, aunque casi siempre mi trabajo principal era estar lejos de aquella tripulación, así que me mandaban por lianas, me ponían a bajar cocos, y cosas que implicaran estar lejos de ellos, sobre todo de las mujeres que sin lugar a duda eran las más horrorizadas al verme. Pasaron así algunos días y noches también, de vez en cuando me mandaban hasta aquel gran barco a que descargara cosas que tenían y que necesitaban, mi contacto más directo era el capitán de aquella tripulación, él era el único con quien hablaba, decían que era un hombre muy valiente y que no le tenía miedo a nada.

Así que después de muchos días y noches también, por fin tenían doce balsitas de mediano tamaño y una muy pequeña, esa noche los tripulantes de aquel gran barco habían estado celebrando pues al amanecer saldrían por fin de aquella isla, el capitán se acerco y me dijo que después de haberles ayudado y de que como al parecer no era una bestia peligrosa, me ofrecía zarpar con ellos por la mañana, -hemos hecho doce balsas para la tripulación y los víveres, pero también hicimos una pequeña para que nos acompañes, entenderás que no es que te tengan miedo mis hombres y las mujeres, has demostrado que no eres un nomo peligroso, pero tu apariencia no ayudara mucho a evitar las nauseas y el mareo que da navegar, entonces puedes venir con nosotros si quieres aunque no te aseguro un buen recibimiento al llegar a tierra firme, así que ¿quieres acompañarnos?.

Lo pensé mucho en serio que lo pensé, pero al amanecer aquellas doce balsitas zarparon sin mí, dejaron la pequeña balsa por si algún día me decidía a zarpar, aun recuerdo aquellas balsitas llenas de personas que con el rostro lleno de alegría se alejaban de esta isla en donde cada madrugada espero que tu pequeño barquito aparezca sobre el Mar.

Esa noche desarme la balsita que me dejaron, y me senté a esperar tu pequeño barquito aparecer sobre el Mar, me dejaron cuatro cajas, una con café, una con tabaco y dos cajas de tazas.

Han pasado algunos días desde aquella madrugada en que doce balsas zarparon de la isla, me queda poco café, y menos tabaco, las tazas, las tazas ya se terminaron, pues cada madrugada lanzaba una taza al Mar con una nota escrita sobre corteza de palmera donde decía que te espero cada madrugada, en una isla que no quise dejar por miedo de que una madrugada fuera por fin a aparecer tu pequeño barco sobre el Mar, y al zozobrar no estuviera yo para sacarte del Mar y decirte que en esta isla hay un nomo naufrago que te espera cada madrugada sentado en la playa

noviembre 13, 2009

UNA ESPERA INSOMNE

Ella, ella llego a sentarse en aquel tronco que estaba en la cima de esa pequeña montaña desde donde ella acostumbraba a ir cada tarde a esperar a que la Luna le trajera noticias de él.

Ese él que cada noche desde el otro lado del universo, le hablaba a la Luna de ella, ella que lo esperaba sentadita en aquel tronco.

Y la Luna le hablaba a ella de él, y escuchaba a él hablarle de ella.

Pero aquella tarde ella esperaba con más ganas que la Luna apareciera, quizás por eso decidió subir a la montaña mucho más temprano que de costumbre, y alcanzo a ver el cielo aun anaranjado, antes de volverse purpura.

Y es que hacía ya algunas noches que la Luna no le contaba nada a ella de él, y ella había comenzado a preocuparse.

Ella paso la primera noche pensando que seguramente se había quedado, él, dormido.

La segunda noche pensó que quizás se había enfermado y recordó la noche que ella se había enfermado y él le mando con la Luna unos sobrecitos de té…

Pensando...té

Extrañando...té

Sintiendo...té

Oliendo...té

Trabajando...té

Abrazando...té

Suspirando...té

Sanando… té

Amo te.

Y al parecer esa noche de verdad los sobrecitos de té funcionaron porque ella a la mañana siguiente despertó sonriendo y sintiéndose inmensamente feliz.

Así que la noche de ese día tan feliz la Luna volvió a aparecer y ella le dijo que con los sobrecitos de té había hecho un oasis, y que solo unos segundos de reposo en aquel oasis la había hecho sentirse mejor.

Ella entonces le hablo se él a la Luna con los ojitos llenos de ilusión, y la Luna la escuchaba con los ojos llenos de él.

Pero hacía ya tiempo de eso y entonces esta vez ella pensaba muchas cosas por la ausencia de él, él que había dejado de mirarla con los ojos de la Luna desde hacia muchas noches.

Y ella estaba triste, no poca, la verdad bastante, pues ella vivía aquí cerca, y él allá muy lejos.

Así que ella no sabía que pasaba y se lleno de dudas, se lleno de miedos y de muchas hojas secas que recogía en el camino hasta aquel tronquito donde se sentaba a esperarlo a él.

Con las hojitas escribía tímidos mensajes, donde se podía leer su nombre, el de él, y lo escribía porque ya no podía mirar más a la Luna que ya no tenía los ojos de él, ni las palabras de él, ni las sonrisas de él, ni ya nada de él.

Una noche después de muchas noches así, ella ya no quiso esperarlo a él, se levanto del tronquito y decidida a bajar de aquella montaña le dio la espalda a la Luna.

Sobre todo para que la Luna no la viera llorar, pues si la Luna veía sus lagrimas quizás la Luna comenzara a llorar también, y ella sentía que aquella noche era demasiado linda como para que la Luna llorara.

Entonces paso que antes de que diera un paso hacia su cama, un cometa ilumino su cabello oscuro, y ella clavo la mirada en el cielo, pero fue demasiado tarde pues la luz del cometa había desaparecido, ella había tardado demasiado tiempo en secarse las lágrimas.

Así que ella entristeció mas, ella volteo a ver a la Luna que sonreía, y no por verla a ella, esta vez no era así, sonreía mientras lo miraba a él, él que estaba sentado en aquel tronquito mirando a la Luna.

Ella lo vio, a él, su él, aunque no sabía bien si en verdad era él, pues él estaba de espaldas mirando a la Luna.

Entonces él dijo: así que desde aquí me ves.

Ella respondió: pues desde allí veo.

Él sonrió y pregunto: ¿y que ves?

Ella se acerco y dijo: un corazón a distancia.

Él sonrió mas se movió hacia un lado del tronquito esperando que ella se sentara en el otro extremo: se ve muy lejos desde aquí.

Ella se acerco mas, dudo en sentarse, pero se sentó junto a él.

Él le tomo la mano a ella, aun no la miraba y mantenía los ojos fijos en la Luna, pero él sabía que era ella.

Ella lo miraba de reojo, se dejo tomar la mano, su corazón latía muy rápido y ella pensó que podría escucharlo él si no se tranquilizaba.

Él sonrió pues ya había sido demasiado tarde y ya había escuchado el corazón de ella, volteo a verla y ella volteo a verlo a él.

Él dijo: tu corazón quiere algo.

Ella dijo sonrojada: perdón es que últimamente solo quiere una cosa.

Él sosteniéndole la mirada le dijo: quiere muchas cosas, quiere que lo conjugue.

Ella sonrió muy timida, tanto que bajo la mirada y dijo: conjúgame.

Él le levanto el rostro con su garrita, puso sus ojos en los de ella, su mano apretando la de ella, y la otra mano sobre el rostro de ella y le dijo:

Come…me

Bebe…me

Piensa…me

Siente…me

Sueña…me

Abraza…me

Mira…me

Espera…me

Encuentra…me

Amo té.

Ella no aguanto más, lo abrazo y él a ella, la Luna sonreía y brillaba con más hermosura, si lloro esa noche la Luna pero fue de alegría porque por fin ella había encontrado a su él, y él había llegado hasta su ella.

noviembre 12, 2009

ENTRE SUEÑOS

Hace tanto tiempo desde la última vida que te encontré, hace tanto tiempo desde el último cuerpo en que te perdí.

Hace ya tanto tiempo desde que te busco en otras pieles que no eran las tuyas y confundido y derrotado deje de buscarte y no encontrarte,

y caí en el olvido, de tus olvidos,

en la memoria oxidada de mis latidos,

en los desiertos de soledades sobre los que he dejado un rastro de este cuerpo agonizante

sobre las arenas saladas por lagrimas ajenas y propias.

Han pasado ya tantos suspiros muertos,

tantos labios secos,

tantos ojos ciegos,

tantos brazos caídos,

y sigues sin pasar tú que no eres tú,

y paso yo, que ya no soy yo,

sino el otro con quien estas soñando.

Y lejos me encuentro de ser ese sueño por que hace tanto que ya no soy yo, y lejos me encuentro de ser quien sueña a tu lado.

He naufragado un millón de veces,

he extrañado lo que eras, lo que eres y serás,

he justificado cada ausencia tuya y mía,

he olvidado que debo de olvidar,

que me debiste de olvidar.

Es por eso que con urgencia te pido que nunca dejes de soñar,

pues solo en sueños podrías reconocerme,

podría reconocerte,

solo en sueños podría viajar hasta esa ventana que deja reposar la luz de la Luna sobre tus pies,

solo en sueños podría reconocerme y reconocerte

y dejar de olvidar que te olvido

y dejar de olvidar tus olvidos.

Solo en tus sueños podría volver a ser ese sueño tuyo para volver a ser el hombre que sueñas y no ese otro que esta a tu lado recostado sin inmutarse por tus suspiros y las palabras y nombres que murmuras entre sueños,

solo en sueños podría ser mi nombre el que salga entre un ronquido y un suspiro.

Hace tantos sueños que no te sentías amada.

noviembre 09, 2009

¿RECUERDO?




Pensaba en los lugares para los encuentros, esos sitios llenos de suspiros en que las parejas suelen reconocerse por primera vez.

Y te contaba nuestra historia, o todas nuestras historias.

¿Llevas la cuenta de las veces que soñamos juntos? Para mí ha sido en vano intentar llevar los días agendados en que entre sueños sentí tu mano, sabes bien que las cuentas no se me dan.

Yo he contado un solo latido, el primero y que hasta la fecha sigue retumbando dentro de mí, y han pasado tantos años.

¿Recuerdas el andén? Donde te reconocí sin conocerte

¿Recuerdas la banca del parque? Donde te espere sin saber si llegarías

¿Recuerdas la silla vacía de la cafetería? Donde te escribí mientras imaginaba que llegarías

¿Recuerdas los atardeceres en el centro de la ciudad? Mientras caminando entre el mar de asfalto y de gente zozobraba entre esperas de ti, búsquedas de ti, islas de ti, oasis de ti, un suspiro de ti.

¿Recuerdas las noches de desvelo? Esas interminables noches en que deambulaba del jardín al lienzo, buscándote entre la Luna, buscándote entre el color que cubría el lienzo

¿Recuerdas las mañanas? Y despertarme antes para idear de que manera sacarte una sonrisa antes de que abrieras tus ojitos, y sonreír entre tus bostezos, y llenarte de alegría el desayuno

Yo, yo ya ves, recuerdo muy bien todo, recuerdo la banca a la regreso en las mañanas frías, recuerdo el andén donde navego a mi trabajo entre bostezos desganados, recuerdo la silla que aun espera cuando me pierdo en centro a tomar café, recuerdo todo eso y mucho mas,

Recuerdo incluso que aun espero a que pueda vivir todos esos recuerdos ….

octubre 16, 2009

¿A QUE SABE LA VIDA?

Pues creo que si la vida tuviera sabor seria agridulce, me sabe a chocolate amarga, a café sin azúcar por las mañanas y a un moka de él jarocho, por las tardes frías en que parece que las nubes son de zarzamora, me sabe a sonrisas cuando el niño que llevo dentro se sorprende buscándole una explicación a cosas tan sencillas como ¿Qué sabor tiene la vida?.

Me sabe a nostalgias cuando llueve, a melancolías un poco acidas que al pasar el filtro del recuerdo cambian de sabor por un sabor dulce, cálido. Me sabe a ternura cuando miro a mi sobrina creciendo tan rápido y aun a pesar de que crecemos a pasos diferentes siempre encuentra la manera de hacer que mis pasos le emparejen los de ella.

Me sabe a triunfos pero también a derrotas y quizás sean estas las que más duran en el paladar y que como se deshace el chocolate de una cereza para dejar fluir el licor que trae dentro así se deshace ese sabor de una derrota para que pueda valorar más el sabor de una victoria.

Me sabe a granos de café cubiertos de chocolate después de un beso, me sabe a gomitas de rompope en mi banca preferida del museo de arte moderno, me sabe a charlas en esa banca después de haber visto a Remedios Varo, ella me sabe a magia.

Me sabe tibia cuando camino de la mano de alguien por las calles, mientras los demás corren, me sabe a helado de nopal cuando tengo que soltar esa mano y decir adiós.

Me sabe a amistad, me sabe a disgustos, pero más a reconciliaciones, a reencuentros a redescubrimientos de miradas, de pieles, de voces, y es que así como la comida recalentada cambia su sabor ,así las personas al reencontrarlas tienen un sabor diferente, un tono de voz diferente, una mirada diferente, una voz diferente, y muchas veces saben mejor.

No se creo que si leemos bien lo que te acabo de escribir podríamos decir que la vida me sabe agridulce, como la comida que me gusta cocinar, como la salsa inglesa, como un granito de café cubierto de chocolate, me sabe a latidos, a suspiros, a colores claro, a sonidos dulces y otras veces tan fuertes como el chile morita, a movimiento, suave como para mezclar la crema de chipotle sin que se corte la leche y algunas veces brucos como para amasar la masa de los tamales.

No sé, la vida tiene muchos sabores, pero creo que al final de cuenta es como con la comida, depende del paladar de cada quien el poderla disfrutar.

octubre 15, 2009

RIDÍCULO

Ayer me dijo un religioso que una cama era un altar,

Una puta me dijo que había creído en un hombre.

Me dijo un poeta que llevaba la cuenta de los suspiros que provocaba con sus versos,

Un contador, que solo le importaba sumar caricias con su mujer.

Me dijo un macho que había llorado la noche anterior,

Y una mujer, que había dejado de verse al espejo.

Me dijo un sapo que ya no quería ser príncipe de ningún cuento,

Y una princesa, que se había fugado con el lobo de otro cuento.

Me dijo un líder sindical que velaría por sus propios bienes,

Un político, que aceptaba no saber nada de política.

Me dijo Cupido que ser promiscuo era lo suyo,

Y Narciso, que se encontraba ya viejo.

Ya ves como mi mundo es tan ridículo cuando estas lejos!!!

SE ME TERMINO LA SAL

Estaba esperándote, pues me habías dicho que aceptabas por fin mi invitación a comer, así que estaba preparando la comida que esa tarde te serviría.

Había puesto a marinar las delgadas pechugas en salsa inglesa y jugo de piña, ya sabes esa costumbre mía que te dije tenia de marinar todo en salsa inglesa, los chipotles estaban hirviendo con un poco de ajo y cebolla, esta vez le había agregado un par de hojas de romero para experimentar un poco el sabor, así como te decía que de vez en cuando deberías de experimentar y animarte a probar con una mirada distinta las cosas que pasaban en tu día, la pasta estaba lista pues había sido lo primero que prepare aquella tarde.

Pique la piña en trocitos pequeños y raye el queso manchego, pues sabía que tu costumbre es dar bocados pequeños a la comida así que tenía que ser todo muy finito para que no te costara trabajo cortar pedacitos pequeños para deshacer en tu boca.

Fui rellenando las pechugas como te había dicho un poco de queso, un poco de piña y enrollarla con una tira delgada de tocino además de amarrarla con hilito de cáñamo para que pudieras verlo y retirarlo fácilmente, había pensado que tal vez sería mejor con unos palillos de madera pero sé que no te gusta ensuciarte los dedos con la comida y sería difícil no usar las manos para retirar los palillos, fui sellando las pechugas en un poco de aceite caliente, mientras en la licuadora metía los chipotles con un poco de caldo de pollo, el pedacito de ajo y jugo de piña, licue todo eso y al final agrego la crema, puse todo a cocinar a fuego lento, mientras pensaba que así lentamente iría calentando tu corazón, indagando tras el hielo con el que sueles cubrirlo, definitivamente a fuego lento sería la mejor manera de derretir ese hielo que cubría a tu corazón, metí las pechugas en la crema de chipotle y agregue un poco de queso manchego y piña, ya sabes me gusta poner todo al fuego, que no me quede nada, además complementarían muy bien el sabor agridulce que quería darle a la crema, como agridulce imaginaba que sabían tus besos, pues agridulces muchas veces eran tus miradas, fui moviéndole con mucho cuidado a la crema, lentamente, para que no se fuera a quemar y se agriara el sabor, y pensaba que así suavemente te iría convenciendo de que no es tan mala idea eso de decir tu y yo, tu conmigo y yo junto a ti.

Entonces probé un poco de la crema le faltaba un poco de sal, revise en los estantes y no encontré sal, revise en la alacena y ya no quedaba bolsa alguna, le baje mas al fuego y fui a la tienda que estaba cerca de casa, le pregunte a don Mario si tenía una bolsa de sal y me dijo que la ultima que quedaba se la había llevado la señora que salió cuando yo iba entrando, comenzaba a preocuparme pues tenía que ser todo perfecto, si hubiera cocinado simplemente para mi pues me habría conformado con un plato de comida sin sal, pero esta vez era una comida especial pues tu vendrías después de mucho tiempo de estarte suplicando por una oportunidad, parecía que esta vez podría convencerte, además de que mi abuela decía que el amor entra por la barriga, y si la comida que te había preparado te gustaba, tal vez entonces yo comenzaría a gustarte, y quien sabe tal vez podrías hasta enamorarte como yo estaba enamorado de ti.

Regrese preocupado a casa y le llame a la abuela, oye ¿que crees? Estoy cocinando para alguien muy especial, si es una muchacha, si abuela ya se tenía tiempo de no invitar a nadie, si ya sé que te da gusto, no abuela no se que va a pasar, no abuela aun no le he dicho nada, ya veremos abuela primero lo primero, fíjate que no tengo sal, si ya fui a la tienda, no están los vecinos abuela, ¿Cómo crees?, pero no ¿como voy a hacer eso?, pero no tengo ganas abuela, ¿partiendo cebolla?, pero abuela ¿Cómo crees que voy a hacer eso?, está bien abuela voy a intentarlo, si abuela también te quiero, salúdame al viejo por favor, no abuela no le digas nada aun, no abuela ya hablare yo con él, si abuela, bueno te dejo porque esta la comida en el fuego.

Colgué el teléfono y fui a la cocina, abrí el refrigerador y saque una cebolla, me pareció un poco desagradable lo que me dijo la abuela que hiciera, pero como te dije la comida era muy importante pues era para ti para quien cocinaba, así que tenía que estar todo perfecto, comencé a picar la cebolla y nada, pique muy finamente y nada, me acercaba a la tablita de picar y nada ni una sola lagrima, partí otra cebolla y otra, en la cocina ya había comenzado a pasearse el aroma de la crema, termine de partir un kilo de cebolla y nada, me la frote en los ojos y nada no salía una sola lagrima, me acerque a moverle a la crema para evitar que se pegara, entonces sonó el teléfono, pensé que sería la abuela para decirme que el viejo vendría a traerme sal pero más que nada a satisfacer su curiosidad pues seguramente la abuela ya le había dicho que estaba esperándote, fui al teléfono y al descolgar la bocina reconocí tu voz.

Hola ¿Cómo estás? Ya casi tengo todo listo solo faltas tú, ¿Qué? ¿Pero por que? No está bien, si te entiendo, si no te preocupes, si está bien, no, en serio te entiendo no te preocupes, ok si pásatela bien, si otro día será no te preocupes, si bye.

Colgué el teléfono y las lágrimas comenzaron a salir, no por la cebolla, si no porque habías decidido cancelar la comida pues una amiga te había invitado a una fiesta para presentarte a un primo, que supe fue con el que te casaste unos meses después.

La verdad no te guardo rencor pues desde esa tarde no ha vuelto a faltar sal en la casa, hay tanta sal saliendo de mis ojos que fíjate le he comenzado a vender bolsitas de a kilo a don Mario el de la tienda y con las ganancias ya hasta un auto me compre, así que imagina mi sorpresa cuando me contaste que a tu marido, ese el primo de tu amiga lo habías conquistado cocinándole una crema de champiñones, y que mientras cocinabas te acordaste de mi por eso de experimentar con los ingredientes y que te habías atrevido a cambiar el perejil por el epazote, y que te llamo la atención que la bolsita de sal que usaste para sazonar tu comida tenía tu nombre por marca.

octubre 03, 2009

SUEÑO DE UN NAUFRAGO

Quisiera tenerte frente a mí, navegar por tu rostro, por tu nuca, por tu espalda, deshacerme en las pecas que te salpican la piel y que si miro con cuidado, dibujan constelaciones, tantas o mucho mas de las que ya existen, y quizás en alguna de esas se dibuje tu sonrisa, esa que dibujo a distancia sobre mi noche, esa que ampara soledades, que encuentro en la Luna cada vez que la miro, y te miro, tan lejana, tan ausente, tan ajena, y termino por mirarte en todos lados, por encontrarte en el cabello de quien viaja al lado mío, en la banca vacía de un parque, en estos brazos en los que nunca estuviste, en el aroma imaginario que trae tu recuerdo que me llena de latidos.

Y encontrarte y perderme y naufragar una y otra vez en tu mirada, que sea tú mirada mi faro, que sea su boca mi puerto, y tus caderas el arrecife en el que zozobro.

Que seas tu ese inmenso Mar sobre el que pasare la vida descubriendo sus tesoros, sus secretos, que seas tú quien me descubra nuevos horizontes, quien con su cuerpo a contra luz me revele como sale el sol detrás de un hombro y como nace la Luna por tu nuca iluminando de a poco la silueta desnuda de tu corazón y que no haya más que tu presencia regando los rincones de esta habitación vacía que soy sin ti.

Ayer me enredé en tus cabellos, ayer me cobije detrás de tu oído, y te susurre mientras dormías cuanto te quiero, cuanto me sorprendo cada noche al encontrarme soñando a tu lado, contigo, lejos de ti.

Ayer desperté lejos de ti, naufragando en un mar de sueños a tu lado, pero ya no estaba solo pues al lado de la almohada flotaba tu ausencia, y todas estas ganas de que llegues.

septiembre 28, 2009

LEJOS DE TI

Así que estoy aquí lejano de tus brazos, de tus sonrisas, de tus tristezas, de tus agonías cotidianas, de tus deseos que alimentan otros ojos, de tus manos que dentro de los bolsillos de tu abrigo parecen más pequeñas y de tu corazón que late silencios a distancia y que no sabe que dentro de mi late tu nombre.

Así que aquí estoy tan lejos de ti y de mi, llegando a todos los lugares sin llegar, sin ser yo quien sube por el puente, sin ser yo quien paga el camión que me lleva hasta el trabajo, y que por momentos regresa a ocupar un asiento cuando la chica que sube dos cuadras después tiene el color de tu cabello y regreso entonces a ocupar aquel asiento solo para recordar tu cabello, y sonrió a costa de las miradas que caen sobre mi etiquetándome de loco, pero me vuelvo a ir cuando la chica del cabello como el tuyo se baja del transporte sin siquiera mirarme, sin siquiera voltear, y de cualquier manera, ¿para qué tendría que voltear si ella no eres tú?

Y continuo llegando a todos lados sin llegar, estrechando una mano que no es la mía, porque la mía se fue a buscarte para estrechar la tuya, para sentirte un lunar, para rozarte una mejilla, para secarte la lagrima de las seis, y enredarse en tu cabello cuando la cama te abraza sin que sea yo quien te abrace, y sigo de un lado a otro sin ser yo, sin estar, sin que estés.

Y camino bajo la lluvia y me pregunto si algún día podre ser yo quien resbale como gota de lluvia por tu rostro y me cobije entre tus labios con un beso, y te recorra bajando por tu barbilla hasta tu cuello y descanse en tu clavícula y no deje de bajar cada noche hasta quedarme quieto para ser absorbido por tu piel al amanecer.

Pero sigo sin mojarme bajo esta lluvia de deseos ausentes que las parejas en cada esquina gotean, porque no soy yo quien camino escurriendo esta ansiedad, esta nostalgia, esta melancolía que nace de momentos sin ti que estas tan lejos y de mi que ya no estoy conmigo y que sigo sin ser yo, por estar a tu lado lejos de aquí, lejos de mi.

Y aquí estoy yo lejos de ti,

de tus brazos,

de tus sonrisas,

de tus tristezas,

de tus agonías cotidianas,

de tus deseos que no alcanzan a los míos,

de tus manos sin las mías

y de tu corazón que late silencios a distancia

y que no sabe que dentro de mi late tu nombre,

y aquí estoy yo

tan lejos de la Luna.

septiembre 21, 2009

MIS RAZONES PARA NO DORMIR

Cuando las luciérnagas despertaron yo ya estaba en el jardín mirando la lluvia caer.

Había despertado después de dormir un par de horas, no pude dormir más, no se dormir más, no lejos de ti.

No duermo por miedo a que me coman los gusanos, o quizás a que no sea cierto y descubrir que no soy un amoroso. No duermo porque los sueños me invitan a mantenerme despierto para vivirlos, no duermo porque de noche soy más yo y menos un irreal.

No duermo por que las sabanas me sofocan, porque prefiero tu cuerpo para cobijarme, porque las ausencias se cuelan por la almohada y me sacuden la cabeza cada vez que mis ojos se cierran.

No duermo porque llueve esta noche y no estás aquí para contar las gotas que caen, para secarte las que se deslizan por tu rostro.

No duermo porque la pintura está fresca, porque los sueños agonizan cuando cierro los ojos, porque la escalera de colores que me regrese a mi Luna aun es corta y le faltan peldaños y aun es frágil y aun soy frágil.

No duermo porque esta noche no podías dormir y había nubes escondiéndome la Luna y llegaste a mi ventana para que te contara un cuento y terminaste contándome como se veía la Luna desde tu cama.

No duermo porque entre mi cama y mi Luna las distancias crecen, y últimamente me he sentido feliz porque creo que voy acercándome más a mi Luna y menos a mi cama.

No duermo porque el mar está lejos y extraño su voz, y mecerme sobre su espuma mientras me cuenta sobre naufragios y tesoros sumergidos, y sirenas melancólicas que buscan marineros tiernos que les endulcen los oídos mientras piensan en devorarlos para satisfacer su vanidad, y tritones celosos que por ego entierran entre corales las botellas con mensajes que mantienen al naufrago esperando cada tarde una respuesta y caracoles que pegados al oído de un niño se llenan de sueños mientras les dejan escuchar la voz del mar.

No duermo porque me hace falta soñar más, porque todo lo bello que he visto nació de un sueño, porque cuando sueño doy un paso más hacia mi Luna, y los colores brillan más cuando las ojeras son más grandes, y las nostalgias y recuerdos y esperanzas palpitan mas fuerte dentro de mi cuando no duermo.

FRIO

Llame al viento, y vino el viento.

Llame a la lluvia, y vino la lluvia.

Llame a la noche, y vino la Luna.

Te llame a ti,

………..y llego el frio.

MURMURO A TU LADO

Jamás soy yo…

Cuando estoy a tu lado.

Jamás soy yo…

tan imperfecto, tan común, tan yo….

Cuando estoy a tu lado.

Jamás soy yo….

Cuando estoy a tu lado….

Porque contigo soy un mejor ser humano.

Shhh dilo bajito.

TU Y YO

Esta noche no hablemos de nada.

No me cuentes de tu pasado que pesa, ni de tu futuro de recuerdos y aromas que de esperanzas pasadas te llenaron.

No me cuentes de tu presente moribundo que se aferra a los huesos de quien ya no está a tu lado.

No me preguntes por mis dudas, por mis heridas abiertas ni por las cicatrices de olvidos que acumule cerca de los dedos.

No te contare nada de lo que fui o soy, porque aquí a tu lado no soy lo mismo que cuando estoy lejos de ti.

Simplemente esta noche siéntate junto a mí y deja que me siente cerca de ti, y seamos en silencio, solo tú y yo.

EXTRAÑANDO-TÉ

Es quizás el café, o el cigarro,

es tal vez el frio de esta tarde

o la lluvia que caerá por la noche.

Tal vez sea esta soledad que deja escuchar en silencio mis latidos,

y tu nombre entre ellos.

Quizás sea tu ausencia lejana,

tu pasado junto a mí

y mi futuro sin ti.

Tal vez sea el gato que brinco por la azotea,

o mi perro que no deja de mirarme condescendientemente.

O quizás solo sea como dice Sabines tan solo estos mis brazos tercos.

El caso es que esta tarde me haces más falta que de costumbre

y extrañar-té es el verbo que conjugo desde hace horas.