LO QUE SOY

Puedes ver mis manchas en

octubre 15, 2009

SE ME TERMINO LA SAL

Estaba esperándote, pues me habías dicho que aceptabas por fin mi invitación a comer, así que estaba preparando la comida que esa tarde te serviría.

Había puesto a marinar las delgadas pechugas en salsa inglesa y jugo de piña, ya sabes esa costumbre mía que te dije tenia de marinar todo en salsa inglesa, los chipotles estaban hirviendo con un poco de ajo y cebolla, esta vez le había agregado un par de hojas de romero para experimentar un poco el sabor, así como te decía que de vez en cuando deberías de experimentar y animarte a probar con una mirada distinta las cosas que pasaban en tu día, la pasta estaba lista pues había sido lo primero que prepare aquella tarde.

Pique la piña en trocitos pequeños y raye el queso manchego, pues sabía que tu costumbre es dar bocados pequeños a la comida así que tenía que ser todo muy finito para que no te costara trabajo cortar pedacitos pequeños para deshacer en tu boca.

Fui rellenando las pechugas como te había dicho un poco de queso, un poco de piña y enrollarla con una tira delgada de tocino además de amarrarla con hilito de cáñamo para que pudieras verlo y retirarlo fácilmente, había pensado que tal vez sería mejor con unos palillos de madera pero sé que no te gusta ensuciarte los dedos con la comida y sería difícil no usar las manos para retirar los palillos, fui sellando las pechugas en un poco de aceite caliente, mientras en la licuadora metía los chipotles con un poco de caldo de pollo, el pedacito de ajo y jugo de piña, licue todo eso y al final agrego la crema, puse todo a cocinar a fuego lento, mientras pensaba que así lentamente iría calentando tu corazón, indagando tras el hielo con el que sueles cubrirlo, definitivamente a fuego lento sería la mejor manera de derretir ese hielo que cubría a tu corazón, metí las pechugas en la crema de chipotle y agregue un poco de queso manchego y piña, ya sabes me gusta poner todo al fuego, que no me quede nada, además complementarían muy bien el sabor agridulce que quería darle a la crema, como agridulce imaginaba que sabían tus besos, pues agridulces muchas veces eran tus miradas, fui moviéndole con mucho cuidado a la crema, lentamente, para que no se fuera a quemar y se agriara el sabor, y pensaba que así suavemente te iría convenciendo de que no es tan mala idea eso de decir tu y yo, tu conmigo y yo junto a ti.

Entonces probé un poco de la crema le faltaba un poco de sal, revise en los estantes y no encontré sal, revise en la alacena y ya no quedaba bolsa alguna, le baje mas al fuego y fui a la tienda que estaba cerca de casa, le pregunte a don Mario si tenía una bolsa de sal y me dijo que la ultima que quedaba se la había llevado la señora que salió cuando yo iba entrando, comenzaba a preocuparme pues tenía que ser todo perfecto, si hubiera cocinado simplemente para mi pues me habría conformado con un plato de comida sin sal, pero esta vez era una comida especial pues tu vendrías después de mucho tiempo de estarte suplicando por una oportunidad, parecía que esta vez podría convencerte, además de que mi abuela decía que el amor entra por la barriga, y si la comida que te había preparado te gustaba, tal vez entonces yo comenzaría a gustarte, y quien sabe tal vez podrías hasta enamorarte como yo estaba enamorado de ti.

Regrese preocupado a casa y le llame a la abuela, oye ¿que crees? Estoy cocinando para alguien muy especial, si es una muchacha, si abuela ya se tenía tiempo de no invitar a nadie, si ya sé que te da gusto, no abuela no se que va a pasar, no abuela aun no le he dicho nada, ya veremos abuela primero lo primero, fíjate que no tengo sal, si ya fui a la tienda, no están los vecinos abuela, ¿Cómo crees?, pero no ¿como voy a hacer eso?, pero no tengo ganas abuela, ¿partiendo cebolla?, pero abuela ¿Cómo crees que voy a hacer eso?, está bien abuela voy a intentarlo, si abuela también te quiero, salúdame al viejo por favor, no abuela no le digas nada aun, no abuela ya hablare yo con él, si abuela, bueno te dejo porque esta la comida en el fuego.

Colgué el teléfono y fui a la cocina, abrí el refrigerador y saque una cebolla, me pareció un poco desagradable lo que me dijo la abuela que hiciera, pero como te dije la comida era muy importante pues era para ti para quien cocinaba, así que tenía que estar todo perfecto, comencé a picar la cebolla y nada, pique muy finamente y nada, me acercaba a la tablita de picar y nada ni una sola lagrima, partí otra cebolla y otra, en la cocina ya había comenzado a pasearse el aroma de la crema, termine de partir un kilo de cebolla y nada, me la frote en los ojos y nada no salía una sola lagrima, me acerque a moverle a la crema para evitar que se pegara, entonces sonó el teléfono, pensé que sería la abuela para decirme que el viejo vendría a traerme sal pero más que nada a satisfacer su curiosidad pues seguramente la abuela ya le había dicho que estaba esperándote, fui al teléfono y al descolgar la bocina reconocí tu voz.

Hola ¿Cómo estás? Ya casi tengo todo listo solo faltas tú, ¿Qué? ¿Pero por que? No está bien, si te entiendo, si no te preocupes, si está bien, no, en serio te entiendo no te preocupes, ok si pásatela bien, si otro día será no te preocupes, si bye.

Colgué el teléfono y las lágrimas comenzaron a salir, no por la cebolla, si no porque habías decidido cancelar la comida pues una amiga te había invitado a una fiesta para presentarte a un primo, que supe fue con el que te casaste unos meses después.

La verdad no te guardo rencor pues desde esa tarde no ha vuelto a faltar sal en la casa, hay tanta sal saliendo de mis ojos que fíjate le he comenzado a vender bolsitas de a kilo a don Mario el de la tienda y con las ganancias ya hasta un auto me compre, así que imagina mi sorpresa cuando me contaste que a tu marido, ese el primo de tu amiga lo habías conquistado cocinándole una crema de champiñones, y que mientras cocinabas te acordaste de mi por eso de experimentar con los ingredientes y que te habías atrevido a cambiar el perejil por el epazote, y que te llamo la atención que la bolsita de sal que usaste para sazonar tu comida tenía tu nombre por marca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario