A CONTRATIEMPO
Segunda parte
Gábriel recordaba las noches que paso cuidando a Karla
cuando enfermaba, las veces que paso a su lado intentando sanarle las heridas
que tenia, borrándole las cicatrices que aun dolían, recordaba las noches y las
tardes en que le preparaba tés y comida para que mejorara, recordaba su
angustia cuando estaba lejos y ella tenia fiebre, recordaba cobijarla por las
noches cuando tenia mucho frío, recordaba cada cuidado y mino que le dio a
Karla por amor. Ahora que Gábriel estaba enfermo y mientras recordaba esos
momentos al lado de Karla, se sentía tranquilo al saberla lejos y con alguien
mas, él sabia que tarde o temprano Karla regresaría a sus manías, pero en el
fondo siempre quiso creer que quizás ella un día abriría los ojos y al sentirse
amada, de la manera en que Gábriel la amaba, sonreiría y soltaría todo lo que
escondía tras las puertas y debajo de la cama como si fueran maletines de
emergencia que le hacían sentir seguridad.
Tarde o temprano ella encontraría a alguien mas con quien
hacer todo lo que hacia con él y con quien cumpliría todas aquellas cosas que
había planeado para ellos, Gábriel lo sabia, pero tenia una esperanza de que no
pasara, o de que al menos, no pasara tan pronto, aunque cuando volvió a
enfermarse, supo que el que ella estuviera al lado de alguien mas, era lo
mejor, porque la veía feliz al lado de otras personas, en lugar de tenerla a su
lado cruzando por todo aquello que seguramente le hubiera lastimado.
-Gábriel tiene que comer, sus medicamentos son fuertes y su cuerpo necesita alimento,
¿no querrá que de nuevo le den el alimento por sonda, o si? Le dejare su
charola de comida y al regresar me daré una vuelta por acá y espero ver la
charola vacía y esta vez no le de sus platos a los otros pacientes, que ya se
que suele intercambiar su comida por cigarros, así que espero que coma, regreso
cuando termine de repartir las charolas.
Gábriel había sido internado en un hospital psiquiátrico a
petición de sus médicos, que preocupados por la depresión que estaba cruzando
por su enfermedad, habían acordado internarlo para evitar que volviera a
intentar suicidarse, pocos meses después de que le diagnosticaron el regreso de
su enfermedad, yo no se que le entristecía mas, el saberse enfermo de nuevo, o
el haber perdido sus cuatro letras, como él solía llamarle a esa parte de su
historia que aun desconocía cuando lo encontré en aquel hospital.
-hace tiempo alguien me conto que muchas de las estrellas
que miramos brillar ya no existen, sin embargo seguimos viendo su brillo, siempre
pensé que eso era como estar contemplando fantasmas, fantasmas de estrellas que
quizás porque alguien se niega a que desaparezcan, sigue clavando su mirada en
el cielo para darle luz a ese fantasma que fue antes la estrella que ilumino algún
momento de su vida, como cuando viviste algo lindo y repasas una y otra vez en
tu cabeza el recuerdo que fue ese momento, y lo vuelves a vivir, y te vuelves a
sentir feliz, entonces brilla dentro de ti esa estrella, que quizás hace mucho
que ya no esta, ¿tu de que estrella sigues manteniendo su brillo en el cielo?
La primera vez que vi a Jahir sentí un escalofrió terrible,
una parte de mi se sintió reflejada en sus ojos obscuros y tristes, otra parte
de mi sintió que tarde o temprano terminaría como él, lo que mas sentí fue una
especie de miedo, Jahir tenia esa cualidad, no se como explicarlo, pero de
alguna manera parecía que infundía un miedo terrible a los demás, lo que hacia
que pasara mucho tiempo solo, de vez en cuando le miraba platicar con otros
pacientes o con el personal del hospital, pero nunca le vi al lado de alguien
mas de quince minutos, realmente no parecía ser una persona atemorizante, era
bastante feo, y su aspecto desalineado, su ropa siempre estaba manchada de
colores, y parecía que de un momento a otro aparecían nuevas manchas, sin saber
de donde o como, solo se desaparecía de los pasillos del hospital unos momentos
y cuando volvía a aparecer ya tenia nuevas manchas encima y una sonrisa en el
rostro bastante extraña, aunque su sonrisa siempre era extraña, él decía que no
sabia sonreír y creo que eso era verdad.
Era poco lo que todos dentro del hospital conocían de Jahir,
algunos rumores, historias sueltas que nadie podía hilvanar por falta de
precisión en esos detalles que nos hacen conocer los tiempos de las personas,
nadie podía decir que conocían su edad o su profesión, nadie podía asegurar que
aun tenia familiares, esposa o hijos, algún hermano o siquiera un amigo que
fuera los días de visita a acompañarlo, al principio pensé que debía de ser un
mal tipo cuando note que no recibía visitas de nadie, después cuando me di
cuenta de que yo estaba en la misma situación, deje de pensar eso, al menos de
él, porque de mi sabia muy bien que si era un mal tipo, y que precisamente por
eso merecía estar solo en aquel hospital, ojala algún día Karla me pueda
perdonar por todo el dolor que le cause, espero que al menos sirva este
distanciamiento, evitar que con mi enfermedad ella viva días tristes, no lo
merece, merece lo que ya encontró al lado de alguien mas, ella y Sara merecen
ser felices, y yo ya no puedo hacer feliz a nadie.
-hace mucho que no miro las estrellas, en mi habitación no
tengo ventanas y aunque las tuviera, creo que el estar al lado de un edificio
con tanta luz haría imposible ver todas las estrellas que hay en el cielo.
-ninguna habitación tiene ventanas, no es bueno para los
locos pasar tanto tiempo mirando el cielo, y mas si es de noche, eso es síntoma
de que no están sanando y aquí la gente viene a sanar, todos menos yo, yo en
realidad no estoy tan interesado en sanar, no al menos como me dicen que debo
sanar, ¿quieres ver mis estrellas?
Volteé a mirar a Jahir y el brillo en sus ojos era el mismo
brillo que tenían cada vez que volvía a aparecer en la sala de terapia del hospital
con manchas nuevas sobre la ropa.
-¿tus estrellas? ¿guardas estrellas?
-no tonto, no estoy tan loco para no saber que no se pueden
guardar las estrellas, pero hay un lugar donde puedes ver mis estrellas,
¿quieres verlas?
-pero tengo la quimio conectada, y no se si pueda ir muy
lejos.
-anda vamos yo te ayudo, además con el efecto de la quimio
seguro te gustan mas.
Me ayudó a levantarme de la cama y con su mano izquierda
tomo el tripié, con el brazo derecho me ayudo a caminar, al salir de la habitación
que compartía con otros tres enfermos nos vieron las enfermeras de turno y un
pasante que estaba en la sala de estudio, pero nadie nos detuvo, en una de las
enfermeras hasta me pareció ver una mueca parecida a una sonrisa, llegamos al
elevador de servicio y bajamos hasta el sótano, un hombre de intendencia metía
sabanas dentro de la lavadora industrial, un foco apenas iluminaba aquel
pasillo de sabanas y el sonido de las lavadoras y la caldera, al final de aquel
pasillo había una puerta que no tenia cerradura, la cruzamos y antes de que
pudiera quejarme por la obscuridad Jahir encendió una vela.
Aquella habitación era una bodega que estaba desocupada,
algunos anaqueles de metal apenas y se distinguían con la escasa flamita de la
vela de Jahir, entonces fue acercándose a los anaqueles y encendía otras
velas, botes sobre el piso y algunos
anaqueles comenzaron a aparecer iluminados por las velas, tablas recargadas
sobre la pared, rollos de papel y cartón en los anaqueles mas altos, frascos
con líquidos que por el olor a solvente podría decir que contenían aguarrás y
una especie de aceite que no supe reconocer, un cenicero con colillas y una
taza aun con café, que Jahir tomo con su mano izquierda cuando la luz de las
velas la descubrieron, se acerco a uno de los muros y comenzó a encender varias
velas que estaban sobre el piso, poco a poco las velas fueron iluminando
aquella pared, que era la única que no tenia anaqueles, entonces las vi, sus
estrellas, flotando sobre una pared carcomida por la humedad llena de grietas
que habían sido selladas por pintura, Jahir se acerco a mi y esa sonrisa rara y
el brillo de sus ojos aparecieron de nuevo.
-estas son mis estrellas, estos son los recuerdos que voy
encendiendo cuando consigo rescatarlos de mi olvido, esto soy yo, una mancha de
pintura y nada mas, cada manchita es un fragmento de mi vida, cada estrella es
un momento feliz que aun sigue brillando dentro de mi, aunque ya la distancia y
el tiempo me separe de aquellas estrellas donde fui feliz, ¿lo ves? No hace falta
que mires por una ventana para mirar tus estrellas, no hace falta que estés
allá afuera para volver a sentir tus cuatro letras, porque esas cuatro letras
siguen dentro de ti, solo tienes que mirar dentro, en lo mas oscuro de esa
tristeza que te tiene abandonándote de ti, entonces todo volverá a brillar, y
esas estrellas que te hicieron feliz, seguirán en tu cielo, ¿lo ves? ¿dónde
pintaras tus estrellas para que no mueran?
Inevitablemente se me hizo un nudo en la garganta cuando lo
escuche, recordar mis cuatro letras mis estrellas mas lindas, esas que
alumbraban mi vida y que junto a Karla y Sara fui tapizando con su luz todos
mis días y mis noches, inevitablemente
las lagrimas comenzaron a salir cuando esa luz que ya no tenia dentro, se
volvió a encender con los recuerdos de lo que fui al lado de ellas,
inevitablemente llore cuando recordé que ya no podía estar a su lado, no en el
estado en el que me encontraba, no enfermo así, no tenia derecho a atarlas a
mi, ellas ya eran felices, Karla ya era feliz al lado de alguien mas.
-no te traje aquí para que lloraras, no creo pintar tan mal,
además si es porque no sabes como pintar tus estrellas no te preocupes yo te
puedo enseñar, no es tan difícil, si un tipo como yo puede tomar un pincel,
cualquier persona puede.
Una vez mas esa mezcla de emociones inundaba a Gábriel, esa
luz que había encontrado al lado de Karla y que se había vuelto su estrella se
encendía de nuevo, porque el amor es así, no se apaga, no muere, y dentro de
Gábriel el amor que encontró al lado de Karla seguía encendido, aunque la
estrella que habían sido esos días, ya no estuviera en el cielo, pero también
sabia que no era justo para Karla atravesar todo aquello que él cruzaba ahora,
porque además era feliz Karla al lado de alguien mas, eso por un lado le daba
calma, y por otro lado le llenaba de coraje, porque sin entenderlo Karla había
decidido sacar de su vida a Gábriel de mala forma, demostrándole lo poco que
valía para ella, lo poco que significaban las palabras que habían compartido,
las fotos, las canciones, las imágenes, todo se lo aventaba en la cara a
Gábriel para enseñarle que ahora lo vivía con alguien mas, por mas que Gábriel
se preguntaba que era lo que él le había hecho a Karla como para que ella le
quisiera causar tanto daño nunca encontraba una respuesta, pero esa actitud que
Karla había tomado solo le hacia sentir a Gábriel que no era un buen tipo, que
no era nada, que era menos que cualquiera de los nombres de Karla.
Esa luz bajo la que hacia tiempo Gábriel se había cobijado
recordando una y otra vez los momentos felices la lado de Karla, el había
decidido apagarla cuando entendió que para Karla él no era sus cuatro letras,
ni ninguna, no se preguntaba que no supo hacer, lo que se preguntaba era que
tanto daño él le había hecho a Karla como para que lo odiara tanto.
La quimio y la falta de alimento hicieron que Gábriel se
tambaleara un poco, el coraje por lo que Karla le aventaba en la cara le habían
dado nauseas, el saberse enfermo de nuevo lo hacia temblar, Jahir lo abrazó y
lo ayudó a sentarse sobre una cubeta, Gábriel sin soltar a Jahir lloraba apretando
entre sus puños la ropa de Jahir, hasta que termino de rodillas frente a él sin
saber que decirle mas que –todo estará bien, tus estrellas podrán brillar de
nuevo, pero debes dejar de ser tan necio y sigue las indicaciones de los doctores,
si quieres que vuelvan a brillar tus estrellas debes estar fuerte, encender una
estrella que se apago cuesta mucho trabajo, pero yo te ayudare, si quieres,
veras que todo estará bien, todo estará bien…
Ay, los recuerdos en serio que encienden muchas cosas dentro...
ResponderEliminarAy, Gabriel :'(