LO QUE SOY

Puedes ver mis manchas en

noviembre 09, 2011

A DESTIEMPO (catorceava parte)



Gábriel, con un cigarro en la mano, recorría el departamento como si buscara algo, en todos los rincones encontraba restos de lo que había pasado días atrás, se detenía mirando los rincones daba una bocanada y seguía de un lado a otro, Karla lo seguía sin despegarle la mirada del rostro, pero Gábriel parecía tratar de evadir su mirada, entro en la recamara y se sentó a la orilla de la cama donde vio sus tenis y su ropa aun llena de manchas y de lodo.

-¿ya desayunaste algo?- Le preguntó a Karla mientras se ponía los tenis sosteniendo el cigarro en la boca.
-¡Esperanza!
-puff, que clase de desayuno es ese, vamos por un café.
-Esperanza en que todo cambie Gábriel, en que tu despiertes y dejes de hacerte daño, quizás no sea el mejor desayuno, pero lo único que quiero es tener esperanza en que estés bien Gábriel, no puedes seguir así, no puedes seguir evadiendo lo que paso, mírate, no has salido de aquí en días, no te has bañado, no te has rasurado, no has comido en días, no quiero seguir mirándote así, sin saber qué hacer para que dejes de destruirte.
-sabes que puedes irte cuando quieras, no te he pedido que estés a mi lado, nunca te lo pediría, se quién eres Karla y se cómo eres, no te quedes aquí si no quieres, no necesito que estés aquí.
-estoy aquí porque te amo, quizás creas saber quién soy y lo que soy, pero lo que nunca supiste, ni quisiste ver es que te amo, se que yo tengo la culpa porque fue más mi miedo que darme la oportunidad de vivir por primera vez lo único bueno que me ha pasado, y por eso estoy aquí acompañándote, porque estoy aquí deseando encontrar algo que te pueda dar para que mejores, por eso me preocupo, por eso me duele verte así, porque te amo, y aunque digas que no me necesitas, no pienso irme, no pienso dejarte así.
Amor, lo pronunciaba tan fácil, pero Karla nunca supo lo que era amar, prefirió evadirlo con sus manías y sus intoxicante poses, prefirió destender todas las camas serpenteando sobre sabanas donde dejaba solo polvo, donde recogía solo polvo y caricias huecas, prefirió regalar besos a todo lo que tuviera labios, hasta quedarse sin labios, prefirió vaciarse, prefirió sexo que amor, prefirió esa basura de creer que era deseada o admirada, cuando en realidad para los hombres con quienes estaba ella solo era su sexo, no mas, ninguno de ellos vio mas, ninguno de ellos quiso ver más, si hubieran visto más, si hubieran visto lo que yo vi en ella, no buscarían tan solo sus muslos, buscarían eso que ella esconde bajo la piel, si hubieran visto mas, le habrían desnudado el alma y no solo quitado las ropas, amor, Karla no tiene idea de lo que es el amor.

-¿Por qué no te trajiste un abrigo?
-ya no tengo abrigos en tu casa Gábriel y con todo lo que ha pasado no he salido por ropa, para no dejarte solo.


Cerca de donde vivía Gábriel estaba el café con los muros de madera y los techos altos, como ya no dejaban fumar dentro, Gábriel solía sentarse en las mesas de afuera para poder fumar, solamente entraba cuando iba acompañado, por cortesía, y porque sus compañías solían comer, y como las mesas de afuera estaban al lado de dos avenidas, era poco agradable estar con el plato sobre la mesa espolvoreándose de polvo, así que solo entraba cuando había platos sobre la mesa.

-toma ponte mi abrigo que estas temblando y no pienso tomarme mi café sin fumar este día.
Karla traía un pantalón de pans que era de Gábriel, y una playera de cuelo redondo que también era de él, traía el cabello sujetado con una liga, la coleta que se le hacía era diminuta pues desde hacía mucho tiempo traía el cabello corto y teñido de negro, desde hacía mucho tiempo había dejado de ser rubia, desde un día que cocino para Gábriel como regalo de cumpleaños. Sentada del otro lado de la mesita cruzaba los brazos para tratar de no temblar tanto por el frío, y pese al comportamiento osco de Gábriel no dudo ni puso pero cuando él le ofreció su abrigo, Karla era demasiado friolenta.

-¿qué vas a pedir? Le pregunto Gábriel a Karla mientras encendía otro cigarro.
-nada, solo vine a acompañarte, además es la primera vez que sales desde lo que paso.
-¿Qué? ¿Por qué no pedirás nada? ¿Has vuelto a hacer dieta? ¿Sigues con tus complejitos para mantener tu figura de diva? Deberías de saber ya que a los hombres les da igual si subes de peso o no, solo quieren acostarse contigo y para eso no necesitan que estés delgada o pasada de peso, eso no les importa.
Los ojos de Karla se empañaron cuando Gábriel hizo su último comentario, y le sostuvo la mirada pero Gábriel al verle con los ojos así evadió aquellas lagrimas que se asomaban buscando al mesero, ya una vez Karla había llorado por él, y tampoco tuvo el valor de verla en aquel entonces, cuando le dijo adiós, cuando dejo de interpretar el papel del tipo que la amaba, porque sintió que era un papel que nunca podría interpretar del todo bien, así que en aquellos días, y tras varias vidas, y mucho más muertes el había decidido dejar de buscar un lugar en la vida de Karla, se había dado cuenta de que sus mundos eran diferentes y de que por mas momentos en que consiguieran formar puentes entre uno y otro, nunca podrían conseguir hacer un mundo nuevo donde lejos de todo y de todos, pudieran ser ellos, los que nunca nadie quiso ver, encontrándose uno en el otro.

A Gábriel le costó trabajo entender porque no podía ser él, quien despertara todos los días al lado de ella, le costó trabajo entender porque ella no encontraba nada bueno en él, porque no bastaba lo que él le daba, porque tenía ella que buscar más, porque parecía no importarle a Karla lo que él sentía, porque ella no se fijaba en las ganas que tenia Gábriel de que ella se viera diferente, como él la veía, con todo eso que ella escondía y que nadie más que Gábriel, conseguía sacar a la luz, le costó trabajo cansarse de recibir dadivas, de conformarse con las migajas de tiempo y de todo lo que Karla le aventaba como por lastima, o por mantenerlo cerca, como una de esas puertas abiertas que ella solía dejar en cada hombre que conocía.

A Gábriel le costó trabajo entender muchas cosas para poder decir adiós, y en realidad, aunque no entendió nada, dijo adiós porque se canso de no tener dignidad, y lo único claro que tuvo, fue que para Karla, él solo era uno más, ni especial, ni diferente, simplemente uno más.
-voy a pedirte algo y me vale que estés a dieta, te lo comes, y deja de mirarme así que no te dije nada para que te ofendas, solo fui sincero, así como tú lo fuiste muchas veces conmigo, así que no me mires así y al contrario, deberías de estar orgullosa porque este alumno te aprendió bien al menos algo.
-¿nunca vas a perdonarme verdad?
-¿Qué?
-todo, lo que paso entre nosotros, lo que no pude hacer, lo que no pudimos hacer.
-si no te hubiera perdonado, no estarías aquí, no te hubiera buscado cuando comenzaron las cosas, no te hubiera dejado acompañarme.
-aun no entiendo eso, y ahora menos, con tu actitud no lo entiendo, no te entiendo Gábriel.
-¿Qué no entiendes?
-¿Por qué me buscaste? ¿Por qué me dejaste estar a mí y no a Lucía? ¿Por qué fui yo y no ella?
-siempre te quejaste que porque Lucía y no tú, y ahora te quejas de porque tú y no ella, soy yo quien no te entiende.
-sabes que quiero decir, no te hagas el gracioso, sabes bien a que me refiero ¿Por qué me buscaste a mí, en lugar de contarle las cosas a ella?

Gábriel encendió otro cigarro y le sostuvo la mirada a Karla como si tratara de encontrar dentro de sus ojos algo, ella lo miraba esperando una respuesta, no entendía porque por primera vez en su historia juntos, y después de que Lucía apareciera, ella había vuelto a ocupar un lugar en la vida de Gábriel, no entendía porque la había buscado

-tu dijiste hace rato que estabas a mi lado porque me amabas, la verdad lo dudo, no creo que me ames, no sé porque te quedes a mi lado pero no es por amor, si supieras lo que es el amor, si tuvieras un gramo de noción de lo que es el amor, entenderías el porque me acerque a ti y no a ella, entenderías porque no pude decirle nada a ella, entenderías porque tuve que decirle adiós, porque me calle, porque …
-¿Porque, qué?
-nada, en serio no creo que lo entiendas, tendrías que conocer lo que es el amor para entenderlo, y seamos sinceros Karla, el amor es algo que no te intereso nunca conocer.
-si no me hubiera interesado conocer el amor, como dices, no me hubiera quedado a tu lado todo el tiempo que pasamos juntos, no me hubiera quedado a tu lado cuando fuiste a buscarme, no estaría aquí, ahora, para poder estar a tu lado.
-pero te fuiste, siempre te fuiste, te fuiste tantas veces, te fuiste todas las veces que quisiste irte, yo solo me fui una vez, cuando me di cuenta de que no valía nada para ti, y que por eso te ibas, todas las veces.
-no es así Gábriel, no lo entendiste, y sé que hice mal, pero no es así…
-claro que es así Karla, siempre fue así, no hubo más, no quisiste ver más, ni pude yo darte mas, siempre fue así, solo me dejabas quedarme cuando te hacía falta sentir un poquito, solo me buscabas cuando necesitabas sentirte persona y no solo un bulto al que todo mundo le metía mano, solo me dejabas estar cuando te sentías insegura y necesitaba de alguien que te dijera que eras especial, que eras bonita, que podías ser diferente a como te sentías, solo fui eso para ti, un objeto que usabas cuando lo necesitabas, no mas, no me dejaste ser mas, no quisiste ser mas, me usabas y después me aventabas al rincón donde me quedaba esperando a que regresaras y poder sentirme útil a tu lado, creer que podía ofrecerte algo, pero no pude, no lo que te hacía falta, aunque no sé si sepas que te hace falta de verdad.
-nunca entendí porque me veías así, porque te quedabas esperando algo que no podía darte, porque con lo mierda que fui contigo, seguías allí, acompañándome, cuidándome, ni cuando tuve familia se preocupaban tanto por mí como tú lo hiciste, nunca entendí porque me viste como nadie me vio, ni siquiera yo.
-porque te amaba Karla, por eso, porque cuando amas a alguien amas también sus imperfecciones, sus manías, sus defectos, a mi no me importaba que fueras rubia, o que tuvieras el cabello largo, nunca te pedí que te cortaras el cabello, ni que te lo tiñeras, nunca me importo si subías de peso, si te quejabas por tu vientre inflamado porque decías que te veías mas llenita, para mí nunca importo lo que tu piel era, ni los vellitos al crecer de tus piernas, ni tus parpados hinchados al despertar, no importaba tu aliento por la mañana, siempre ame despertarte con un beso, cuando amas a alguien nada de eso importa, y pese a eso, y con todo eso, le sigues amando, pero tú no lo entendiste, no lo viste, yo no pedía nada de lo que tus hombres te pedían, no te pedía nada, simplemente, nunca te pedí nada, ni siquiera que te quedaras, esperaba que si lo hacías fuera como lo que hiciste con tu cabello, simplemente porque quisiste hacerlo, así, que te quedaras porque querías quedarte, solo eso.
-¿nunca tuviste miedo de amar? ¿Nunca te asusto el que alguien te amara?
-la verdad no, o bueno, sí, pero cuando amas, siempre, siempre, el amor es más grande que el miedo, o debe de ser así, nunca se puede dejar que el miedo sea mayor, porque si no, te quedas con algo que no te corresponde.
-¿Cómo?
-si, si me hubiera dado miedo amarte, no te habría dado nada de lo que nacía por ese amor, ni los cuidados, ni la atención, ni siquiera los besos o las tardes juntos, todo eso no era mío, esa de los dos, eran momentos que nacían de ti y de mi, si me hubiera guardado el amor que te tenia por el miedo que sentía, no tendría lugar para guardar todo eso que quise hacer contigo y por ti, si te cuide, si me preocupe por ti, si te escuche, si deje que me escucharas, si deje que me acompañaras, si compartimos horas, noches, días, fue porque al final, el amor que sentía por ti era más grande que el miedo, y me atreví a vivir todo eso que quería vivir a tu lado, contigo.
-bajo esa lógica, entonces, sabias que te amaba.
-no, eso no lo sabía, y simplemente no me interesaba saberlo, me hubiera gustado sentirlo, no te lo negare, de verdad me hubiera gustado sentirlo, tener esa certeza de que algo sentías tu por mí, pero nunca fue así.
-¿Por qué no puedes creerme cuando te digo que te amaba?
-porque si me hubieras amado te hubieras quedado, si me hubieras amado como te ame, ese miedo que según tú te hacía correr, hubiera sido pequeño, y al final no te hubieras ido a buscar a alguien más para llenarte de eso que no encontrabas en mi.
-si te ame Gábriel, si te amo, si no, no estaría aquí, ya te lo dije, y siento raro, cuando te escucho hablar del amor en tiempo pasado, ¿descubriste la mortalidad del amor?
-no, si fuera así, si creyera que el amor muere, no estaría así de jodido como estoy ahora, ¿no crees?

Se quedaron mirándose en silencio un momento, uno buscaba en el otro encontrar algo, respuestas o más preguntas, pero encontrar algo, reconocer algo, se quedaron así en silencio un momento, hasta que Gábriel encendió otro cigarro

-¿Por qué me buscaste? ¿Por qué me dejas estar aquí? ¿Por qué fue a mí y no a Lucía?
-por el único miedo que debe de ser mayor cuando amas a alguien, el miedo a lastimar a quien amas, el miedo a hacerla sufrir, ese miedo debe de ser mayor, porque solo así, buscas ser mejor persona para quien amas, para no tener que hacerle daño nunca, eso no lo entenderás, porque tu miedo, hizo en mi todo lo contrario, la manera en que te alejabas para encontrarte con otros me lastimaba, me dolía, pero preferiste eso, que crecer, que dejar de hacerlo para no lastimarme, ¿ves porque dudo de tu amor?

Karla agacho la cabeza para meter la mirada dentro de su taza de café, sabía muy bien que le había hecho daño a Gábriel, pero también es cierto que no lo hizo por maldad, para Gábriel Karla fue todo, y le dio todo sin pedirle nada, sin pedirle siquiera que se quedara a su lado, para Karla Gábriel fue la historia que nunca creyó merecer, y precisamente por eso, ella sentía que no podía dejarlo quedarse, porque ella no encontraba en ella, nada que valiera la pena, nada que le dijese que el estar al lado de Gábriel, era algo que ella merecía, si se porto como se porto con él, fue porque así se sentía ella, así había aprendido, ella, que era, eso sentía ella que valía, y prefirió alejar a Gábriel, siendo eso que todos veían en ella, para no ser lo que Gábriel encontraba en ella.

Gábriel se acerco a Karla porque tenía miedo de hacer sufrir a Lucía, porque no creía que Lucía mereciera pasar lo que tenía que pasar Gábriel, tenía miedo de hacerla llorar, tenía miedo de que lo viera con miedo, por eso busco a Karla para que lo acompañara, y no a Lucía. Karla alejo a Gábriel porque tenía miedo de decepcionarlo, porque tenía miedo de no ser lo suficiente para él, porque tenía miedo de que un día el despertara a su lado sin saber porque estaba con ella, lo alejo para no lastimarlo, para no hacerle más daño con lo poquito que ella se encontraba frente al espejo, al final, aunque Gábriel no lo viera, Karla entendía muy bien porque ella y no Lucía lo habían acompañado.


-¿crees que Lucía lo entendió?

Pregunto Karla a Gábriel, pero ahora eran los ojos de él los que se empañaban y sus manos comenzaron a temblar haciendo que la ceniza de su cigarro cayera sobre la mesa

-no sé si lo entendió, pero quisiera saber que me perdono.

La voz de Gábriel se quebró y las lágrimas comenzaron a salir, Karla busco en la bolsa del pantalón su cartera, y le hizo señas al mesero para pedir la cuenta, Gábriel levanto la cabeza y se tallo los ojos.

-¿Qué te pasa? Nunca he dejado que pagues y no voy a dejar que lo hagas ahora, además, te debo mucho por estar aquí aguantándome, y más por lo grosero que se, me he portado contigo, créeme que pese a mi actitud, estoy consciente de todo, y sé que no debería de ser así de grosero contigo, no es contigo con quien tengo este coraje, y espero que me perdones un día, por todo lo mal que me he portado contigo, sé que no es tu culpa nada de lo que paso, ni entre nosotros, ni entre Lucía y yo.
-no tengo nada que perdonarte Gábriel, y si estoy a tu lado es porque te amo, y ojala un día me lo creas.

No sabía que creer ya, todo mi mundo se había quebrado, no entendía ya nada del mundo, no entendía siquiera porque estaba Karla a mi lado, tampoco entendía porque no veía esta vez todo lo que ella estaba haciendo por mí, y en su lugar dejaba salir mi coraje por un pasado que ya no nos pertenecía, no entendía porque me había aguantado todos esos días, a mí y a mi estúpido humor, no entendía porque me tenia paciencia ella a mí, ya no entendía nada.

-¿no puedes dejar de temblar verdad? Desde que nos fuimos de la cafetería no has dejado de temblar, ni cuando tome tu mano dejaste de temblar.
-estoy bien, en un rato se me pasa, siempre se me pasa.
-si Gábriel, se te pasara, pero debes dejar salir todo, no puedes seguir contendiéndote así, te está haciendo daño guardarte las cosas, déjame ayudarte, por favor déjame ayudarte.
-ya lo haces, el que estés aquí me ayuda, en serio que me ayuda el que estés aquí, y gracias por no dejarme solo, no te vayas ahora, por favor no te vayas ahora, no me dejes solo ahora, después podrás irte, pero ahora no, por favor ahora no, no quiero estar solo, no a solas con todo esto.

La voz de Gábriel volvió a quebrarse, esta vez con más fuerza y las lagrimas corrieron sin ningún aviso, estaban sentados en el sillón, Gábriel atrincherado en un extremo como esos días solía hacer, Karla en el otro extremo porque cada que ella intentaba acercarse, el se atrincheraba mas, algunas veces hasta terminaba por ponerse de pie y daba vueltas alrededor de la sala mientras lloraba o maldecía, esta vez Karla rompió la barrera y se acerco a él para abrazarlo, Gábriel se abrazo a su pecho y soltó todas las lagrimas que habían roto su mundo, abrazaba a Karla con fuerza como se abraza un naufrago a un madero para mantenerse a flote, Karla lo abrazaba con la misma fuerza tratando de no llorar al verlo así de destruido.
Le dolían las lagrimas de Gábriel, le dolía verlo tan cubierto de ruinas, le dolía porque lo amaba, y porque lo amaba, contenía el llanto, para que Gábriel le tuviera confianza y la dejara ayudarlo, para que ella se sintiera un poco útil a su lado, para poderle dar un poco de todo lo que él le dio a ella cuando se quedaba en ruinas, contenía el llanto para ser fuerte porque lo amaba, porque quería ayudarlo, porque quería volver a verlo de pie.

Gábriel lloró hasta quedarse dormido abrazado del pecho de Karla, se quedaron así en el sillón, Karla pasaba sus dedos entre el cabello de Gábriel, él de vez en cuando se sacudía, seguramente por tener en sueños las visiones de todo lo que había pasado días atrás, entonces Karla lo abrazaba fuerte para hacerlo sentir en sus sueño que no estaba solo, parecía que él la sentía y volvía a quedarse quieto durmiendo, entonces Karla besaba su frente y dejaba salir un suspiro en el que vivían las cuatro letras que Gábriel muchas veces le dijo a ella para hacerla soñar y ella soñaba, solo al lado de él, ella soñaba, pero ahora Gábriel, ya no podía soñar, y ese suspiro con cuatro letras, nacía de la esperanza que tenia Karla de poder hacerlo soñar de nuevo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario