LO QUE SOY

Puedes ver mis manchas en

agosto 24, 2010

INEVITABLE

Es inevitable que pasen las horas, aunque tú no pases, paso todo, rodeado de ti, paso los arboles que duermen sus flores preparando el invierno, paso las calles que pase a tu lado tomándote la mano, robándote un beso de vez en vez, de paso en paso, de mirada en mirada, mientras aletargaba mis pasos para no cansarte los pies, paso las estaciones del metro y los andenes del tren, paso las escaleras que evitaba pasar a tu lado para evitarte fatigas, paso debajo de mi luna que me vio caminar de regreso a solas sin ti, sin tus sonrisas y las mías, después de que a pesar de las despedidas la ilusión de volverte a ver me acompañaba el camino de regreso, paso esta incertidumbre de no saber qué hacer, si largarme de tu vida o quedarme un poquito más cerca para ver si me ves, para ver si te enamoras de mi tanto como yo lo estoy de ti, paso deseando aunque sea un poquito, un momento de ti, un instante de tus instantes donde por alguna razón, sin saber cómo o porque, te acuerdes de mi y te haga falta un poquito, aunque sea un poquito.

Es inevitable pasar de foto en foto para sonreír, para saberte real, para saberte dentro de mis días, para saberme aunque sea un ratito de los tuyos, y una y otra vez recorro tus fotos, las que tengo regadas en cada huella que tus pasos dejaron al lado de los míos, las que quedan en todos los muros que recorro, las que encuentro cuando cierro los ojos para intentar dormir, las que en mis manos dejaron tus cabellos y tu piel y las que en el corazón dejaste cuando hablaste en futuro, y me incluiste en el.

Es inevitable estar en esta zozobra, donde todo lo que hay dentro de mi te estorba y te resulta de mas, sentir que no quepo en tus días, que no hay espacio para mí en esas cotidianidades que te habitan, en esas preocupaciones por todo y por todos menos por mí, es inevitable darme cuenta de que te duelo, de que te lastimo si me quedo, de que te pesan tanto mis manos que tu prisa despierta para irte, para despedirte, para contar los días en que regreses a donde te esperan, a donde deseas estar, y a donde yo no puedo acompañarte, no porque no quiera, simplemente porque si aquí entre mis brazos no hubo espacio para que pudiera entrar en tu vida, allá que no te tengo, y que todos te tienen, nada he de encontrar si no el inevitable descubrimiento de que no soy nada en ti, y que incluso hasta allá puedo estorbarte.

Es inevitable que te suelte, que me aleje, que me pierda de tus días, que me esconda de tus miradas, que me tape los oídos y censure mis labios para no gritarte que inevitablemente te amo, que inevitablemente te espero aunque no llegues, que inevitablemente te pienso en cada momento, que inevitablemente te siento en cada recuerdo, que inevitablemente aun, a pesar de que no den tus ojos seña alguna de mi reflejo, estas aquí, aunque inevitablemente yo no esté jamás ahí, donde tu estas, donde vives, donde duermes, donde sueñas en todo lo que debes soñar, y en donde mi nombre no aparece en ningún ronquido, es inevitable que me vea y no vea nada que te interese, que me descubra sin ser yo quien te arrope por las noches, quien te prepare el desayuno, quien te calme los dolores, quien te acompañe en cada vuelo, quien te traiga calma en un abrazo, quien te diga te amo y escuche lo mismo de tus labios.

Es inevitable que seas tú con quien sueño con los ojos abiertos, que seas tú a quien extraño cuando extraño, incluso cuando te extrañaba mientras tú extrañabas a mi lado a alguien más, es inevitable no levantar la mirada cuando salgo a la calle para buscarte, tratar de reconocerte en la chica que aborda el autobús, en el fantasma de di que sube al vagón del metro cuando yo voy a salir de él, en el brillo de la luna tan radiante como tu mirada al sonreír, en la belleza de un recuerdo cuando te tomaba el rostro con mis manos para verte tan hermosa y decírtelo jurándote que era verdad, y lo era, y lo es, es inevitable no temblar esta madrugada sin saber si quedarse o preparar maletas y salir lejos, pero es inevitable que vaya a donde vaya, tu recuerdo me acompañe, para hacerme sonreír, para hacerme sollozar por lo que no pude ser para ti, o para recordarme que un día la vida me dio el regalo de verte caminar a mi lado, y hacerte sonreír.

Es inevitable que termine de escribir esta noche y que lo último que mis torpes dedos dejen sobre este momento vacio que soy sin ti, sea

te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario