La taza de café morada apenas y logra mantener tibio mi café tan solo un par de suspiros, después se enfría, tanto como mis dedos, mis dedos que torpemente le toman el ritmo al pincel, entre temblores que me dejan ver lo necesario que son tus abrazos
Debo de aprender a pintar usando un suéter o mejor aun abrigarme con el recuerdo de tus latidos y ponerme de bufanda cada beso que me regalaste sin razón
Mis dedos fríos dejan de temblar hasta que tomo la taza de café, lo contrario a lo que sucede cuando te acercas y te rozo, que es cuando más tiemblan mis manos
Debo comenzar a hacerle caso a la gente y cerrar mi ventana en invierno, pero ¿entonces como entrarías? Temo que si llegas y ves la puerta cerrada y la ventana también quizás no toques y te marches, que pienses que no te espero, que creas que no estoy, que ya no estás en mi, y para evitar que te duela el frio de la puerta decidí dejar siempre abierta mi ventana, aun cuando llueve, aun cuando es invierno, aun cuando no llegas
Aun así te espero con mis manos frías, inventándole a la gente explicaciones cada vez que alguien me pregunta que porque mis dedos siempre están fríos, si les digo la verdad no entenderían, y es que ¿Cómo explicarles sin parecer un loco? ¿Cómo les digo que el recuerdo de tu piel blanca se adhirió tanto a mí que me quedaron mis manos frías? ¿Cómo les explico que allí donde estas y sonríes hace mas frio que aquí? ¿Cómo les demuestro que sobre tu piel están las marcas de mis manos, y que tus cicatrices y tus lunares y esas manchitas tan curiosas que solo se ven tan de cerca son las sendas que recorrí en madrugadas infinitas?
Así que no digo nada, solo sonrío cada vez que alguien pregunta, y no porque me haga gracia la pregunta, sonrío porque recuerdo la razón de que mis dedos estén fríos, sonrío y el recuerdo de ti me entibia el corazón y me pone los dedos más fríos
El café se entibia una vez más, y mis dedos se ponen más fríos, y pienso que aunque diga la gente que debo buscarme una amante mas tibia, no hay más frio que desee aplacar que el que encontré sobre tu blanca piel, y te recuerdo entre fríos, y te siento aun en mis manos frías, y la ventana sigue abierta una noche mas, una noche más en que no llegas y sigo esperándote entre el frio y el vaho que dejan trazado tu nombre en el aire cada vez que suspiro
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